lunes, 6 de diciembre de 2010

En este momento, es un acto irresponsable endeudar a la ciudad para construir el metro

En estos días le hice un fuerte llamado de atención al Concejo para pedirle que se abstenga de aprobar el cupo de endeudamiento destinado al proyecto del metro en la capital.

Lo hice porque la administración distrital es objeto de múltiples cuestionamientos sobre varias contrataciones importantes en proyectos de movilidad.
Además, porque académicos y entidades multilaterales han señalado que los actuales estudios para la construcción de la primera línea del metro no cuentan con los requisitos que se requieren para su financiación por parte de la Nación.

En las actuales condiciones sería riesgoso endeudar por 800.000 millones de pesos a la ciudad para pagar un proyecto que ni siquiera está definido del todo en el papel.
Los habitantes de Bogotá no podemos pagar las consecuencuencias de la falta de la legitimidad y eficiencia de la actual administración.

Para conocer el comunicado de prensa visite www.davidluna.co

lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Sí podemos prevenir las inundaciones en Bogotá!

Bogotá vive uno de los peores inviernos en los últimos años, miles de ciudadanos se han visto afectados por las intensas lluvias generando un caos en la ciudad.

Es inaudito el tamaño de la creciente del río Bogotá, donde las imágenes hablan por si solas ¡Mosquera bajo el agua y Fontibón a punto de ser inundado! se podría exclamar.

Podemos contar el desbordamiento de la quebrada La Resaca colapsó el Portal de TransMilenio de Usme, donde cientos de usuarios se vieron afectados en las horas pico de la movilidad. Además las principales avenidas de la capital parecían ríos que corrían llevándose a su paso toda la basura que los ciudadanos imprudentemente botan a las calles sin ser consientes del daño ambiental que generan.

Ningún barrio en Bogotá se ha “salvado” de las lluvias, por ejemplo los residentes de San Diego en Bosa tuvieron que ser sacados movilizados en balsas del cuerpo Oficial de Bomberos, a consecuencia del desbordamiento de la quedabra Tibánica que acabó con muebles y enseres de unas 300 familias del sector. A todo esto hay que sumarle los malos olores y enfermedades provenientes de las alcantarillas rebosadas y la débil infraestructura vial, que sin pavimentar incrementan los problemas de salud pública.

Pero no toda la culpa se la podemos echar al invierno. El Estado y los ciudadanos son parte de la solución para evitar sus dramáticas consecuencias. En este sentido, existen varias propuestas que el Distrito podría liderar, como incrementar los programas de educación a los bogotanos para que las basuras sean arrojadas en sitios especializados y no en las calles, ni mucho menos en el sistema de alcantarillado. Cada vez es más necesario que Bogotá cuente con más y mejores espacios para el manejo y reciclaje de los residuos sólidos.

En los Nuevos Tiempos para Bogotá proponemos la planeación urbana que prevenga la construcción de viviendas en zonas periféricas de la ciudad y de igual forma tendremos una articulación con los municipios vecinos, de la ciudad región para que a través de políticas sociales y económicas fuertes se desincentive la migración de las cerca de 50 familias que diariamente llegan a la ciudad. Al fin y al cabo, la mayoría de estas personas se ubican en dichas zonas periféricas.

Así mismo propugnaremos por una infraestructura vial organizada, para prevenir inundaciones en época invernal y la movilidad fluya en invierno.

Teniendo en cuenta que es el Distrito el que debe prevenir, controlar y mitigar los efectos negativos de las vulnerabilidades de nuestra ciudad, sería posible que la entidad encargada de la coordinación de este tema, el Fondo para la Prevención y Atención de Emergencias (FOPAE) que actualmente hace parte de la organización de la Secretaría Distrital de Gobierno deban estar a un nivel más alto dentro del organigrama institucional del Distrito y así puedan tener mayor autonomía que resulte en una oportuna y eficiente respuesta a las emergencias de la ciudad.

Para conocer esta y otra de mis propuestas visite http://www.davidluna.co/

jueves, 18 de noviembre de 2010

Llegamos al ‘Tinto con Luna’ número 20

Dentro de nuestras actividades con la comunidad, hemos realizado encuentros con ciudadanos de todas las localidades, quienes se interesan en conocer y participar activamente de nuestro trabajo por Bogotá.

El 26 de octubre la realización de “un tinto con luna” cumplió su edición número 20; tertulias con la comunidad que nos permite conocer cada semana las inquietudes y propuestas de la ciudadanía en busca del mejoramiento de la capital.

En ésta ocasión el público se animó a hacer preguntas de toda índole. Por ejemplo una que me llamó la atención fue de Felipe un habitante de Usaquén, quien preguntó por la situación de desplazamiento e indigencia en la capital, a la cual respondí enfáticamente que cualquier decisión que se tome debe ir en línea con la política que se maneje en el gobierno nacional. Hay que apostarle a ideas innovadoras, por ejemplo que los subsidios que se otorgan a desplazados sean entregados en el lugar de origen garantizando que, vuelvan a sus tierras junto con una seguridad óptima.

Por otra parte, un tema que ha estado latente en los últimos días ha sido la corrupción en la ciudad. Martha, residente de Suba, pide vigilancia en el manejo de las políticas públicas. A ella le respondí que son necesarias para que un país sea eficiente y decente puesto que es una forma de calcular la línea base y la meta, tristemente en este momento los funcionarios no tienen herramientas suficientes para medir lo anteriormente dicho.

Además Bogotá venía hace varios años atrás sin un déficit y hoy tenemos más de 1 billón de pesos como consecuencia de los sobrecostos en las obras y la pérdida de recaudación de impuestos de industria y comercio, porque las empresas se ya no se están fijando en Bogotá.

Fueron varias las preguntas que se formularon en nuestra tertulia No 20, espacios donde cada día me convenzo más de la importancia de crear en Los Nuevos Tiempos Para Bogotá un plan de gobierno incluyente y eficiente en donde será prioritario que cada localidad de la capital sea fortalecida, pueda tomar decisiones de fondo y los alcaldes locales tengan capacidades reales de responderle a los habitantes de la ciudad.

martes, 9 de noviembre de 2010

En Bogotá no hay gerente de movilidad

Por estos días se ha hecho todavía más evidente cómo el desgobierno y la falta de liderazgo son dos de los grandes causantes del caos de movilidad que padecemos los bogotanos. A pesar de que el Distrito destina importantes recursos públicos a una instancia denominada “Gerencia de la Carrera Séptima”, es claro que en esa importante vía de la ciudad hay de todo excepto gerencia.

No obstante la presencia de múltiples actores institucionales, incluyendo policía metropolitana y el cada vez más grande ejército de funcionarios de la Alcaldía con distintivos naranja alusivos a su función de mejorar la movilidad, no fue posible garantizar que una firma contratista del Distrito terminara de forma oportuna sus trabajos y retirara de la vía la maquinaria utilizada en las intervenciones que se hacen a la altura de la Calle 94 con Séptima.

Esto generó uno de los más grandes embotellamientos vehiculares que hemos observado en los últimos meses y cuyas repercusiones desesperaron a los habitantes de todo el nororiente de la ciudad. Además, el trancón en cuestión puso en evidencia que los graves problemas de movilidad atentan contra la competitividad y el desarrollo económico. Si casos como ese comienzan a volverse típicos, pocos querrán traer negocios y nuevas fuentes de empleo a Bogotá.

El antecedente del famoso trancón genera gran preocupación en lo que respecta al futuro cercano de la Séptima y los planes que han sido diseñados para ésta por parte de la Administración Distrital. ¿Qué nos espera cuando se inicien las obras del mal llamado TransMilenio Ligero que será implementando en esta vía? ¿Lo ocurrido esa semana será el caso de todos los días?

El Distrito ha hecho caso omiso a múltiples organizaciones cívicas, incluyendo a Corposéptima y la Sociedad de Mejoras y Ornato, que han manifestado sendas críticas a esta versión desvirtuada y ligera de TransMilenio, incluyendo su condición de solución incompleta y de poco alcance. Por si fuera poco, dado el recorte del presupuesto destinado a esta obra, el TransMilenio Ligero de la Séptima no tendrá carriles exclusivos para los buses y éstos circularán por el carril derecho compartiendo el espacio con el tráfico mixto. Y por si fuera poco, no se harán obras de mejoramiento urbano tales como andenes, ciclo-rutas, o puentes peatonales. Este nuevo esquema rompe la tradición del sistema con la muy desafortunada implicación de no mejorar de forma sustancial los tiempos de viaje de los usuarios del transporte y desprecia, de tajo, a quienes quieren caminar por una de las vías emblemáticas de la ciudad.

Es urgente que la Administración Distrital dé respuesta a los serios problemas de gestión de tráfico de sus autoridades de transporte. El problema actual de Bogotá no es solo de infraestructura sino de la paupérrima gerencia que se le ha dado al tráfico capitalino. Y eso se demuestra con la negativa a revisar la decisión del sistema ligero propuesto para la Carrera Séptima. Ese sistema podrá costar menos, pero a largo plazo no mejorará la movilidad.

Bogotá, sus ciudadanos y todos quienes usan la Séptima merecen una avenida en donde fluya el tráfico y se reduzcan los tiempos de viaje. Para eso debe contar con un verdadero sistema integrado de transporte que promueva la multi-modalidad y cuyo diseño y operación sean enfocados a prestar el mejor servicio posible. Y para eso, debemos mantener una actitud abierta en donde se consideren todas las opciones, incluyendo líneas de metro y subsidios a la tarifa. Solo con un servicio de alta calidad podremos ofrecer una verdadera alternativa al vehículo particular. La ciudad merece mejores tiempos en movilidad.

jueves, 4 de noviembre de 2010

La recreación y el deporte, derechos de todos los bogotanos

En mis frecuentes recorridos por la ciudad he presenciado el abandono y la inseguridad que reina en muchos parques públicos, pero también he visto el buen estado de otros. Sin embargo, un lugar común que les preocupa a todos los bogotanos in embargo, la actual Administración Distrital no se ha caracterizado por una inversión considerable al deporte, que se refleja en el alto consumo de drogas en niños y jóvenes. El deporte es una prioridad. No en vano está comprobado que incentiva las prácticas sociales, el aumento de la autoestima, la disminución del estrés, el aumento en el rendimiento estudiantil y mejora la relación de comunicación con nuestras familias.

Este lamentable panorama recreo deportivo, es el que me entristece cuando recorro parques como el de Las Ferias o La Estradita, lugares donde el consumo de estupefacientes son cada vez más frecuentes convirtiéndose en foco de inseguridad para los habitantes de la Localidad de Engativá, en este caso.

A pesar de lo evidenciado anteriormente, rescato el excelente estado del parque Altablanca y el uso que le dan sus habitantes. A este espacio ubicado en la localidad de Usaquén, llegan jóvenes, niños, ancianos y familias enteras, a disfrutar de zonas verdes, buena señalización, pero lo que más me llamó la atención fue el frecuente uso de la pista de hockey ¡Pocos parques cuentan con espacios para este deporte en la ciudad, que afortunados!

Sin embargo algunos de los padres de los jóvenes jugadores me contaron que es prioritario conseguir un techo para la pista porque, ya con cubierta, la temporada invernal dejará de ser una disculpa para suspender campeonatos enteros y afectar a la comunidad.

Esta obra se podría hacer fácilmente, pero el mal manejo de los recursos nos lo impide. Los ejemplos saltan a la vista: con los 500 mil millones de pesos que pagamos de más todos los bogotanos por los retrasos de la lll fase de TransMilenio, ya habríamos podido duplicar la red de parques en la ciudad. Es que el deporte no es solamente para divertirse, señor alcalde. También es inversión social. Así, ejemplo los juegos en equipo fomentan el buen uso de la comunicación, las aptitudes sociales y el trabajo colectivo, otros como los individuales ayudan a una autodisciplina y autoconfianza, características necesarias en nuestros jóvenes y niños y para que crezcan alejados de miedos perjudiciales en su futuro.

Es por esto que en nuestra propuesta de nuevos y mejores tiempos para Bogotá la recreación y el deporte son la apuesta por una juventud sin drogas y sin violencia porque es indispensable y urgente buscar alternativas para el esparcimiento y la salud de nuestra comunidad.

viernes, 24 de septiembre de 2010

¡Todos invitados a un Tinto con Luna!



Por estos días estamos completando un año del inicio de nuestras tertulias, en la que todos los lunes de cada semana, distintas personas buscan un espacio para dialogar sobre los principales temas que los aquejan en sus localidades.

El pasado 20 de septiembre nos reunimos más de 100 ciudadanos -señores padres de familia, señoras empleadas de oficina, ejecutivas, jóvenes universitarios y adultos mayores- en la tertulia número 18. En ella, discutimos temas relacionados con cambios que los bogotanos quieren para su ciudad.

Entre la preguntas que me hicieron hubo una que me llamo la atención: mi opinión acerca de la comunidad LGBT en Bogotá: Con seguridad dije que en la ciudad es necesario respetar los principios de igualdad, de religión, raza y condición sexual porque el desarrollo de la ciudad se logra con la tolerancia de nuestras diferencias.

A continuación un joven abrió la aparente preocupación por la continuidad de los programas sociales que se han venido ejecutando en las últimas dos administraciones distritales. De forma pausada y muy analítica dijo que han sido un éxito y no le gustaría que fuesen eliminados; a lo cual respondí enfático que apoyo dichos programas, en los cuales están los comedores comunitarios pero que es necesario organizarlos y focalizar la estructura de los temas sociales en la capital, que necesitan más organización.

Las conversaciones en torno a la cultura y los espectáculos tampoco se hicieron esperar, donde varios de nuestros asistentes, entre ellas la señora Gilma Suárez (Directora del Museo Nacional de Fotografía) se manifestaron a favor de mejorar los espacios culturales en Bogotá y generar más eventos de interés para la capital. Con eso coincido plenamente: necesitamos que nuestra ciudad sea más abierta a la cultura y más cosmopolita. En la actualidad, el único escenario que tenemos para eventos de gran tamaño es el parque Simón Bolívar, con problemas de acústica, organización y un entorno barrial que a veces termina siendo afectado por la magnitud de los eventos.

En total, en la tertulia discutimos más de 11 temas urbanos entre los que están la cultura política, la influencia de la televisión en los jóvenes, la protección de humedales y la necesidad de generar cambios para lograr una mayor transparencia en las gestiones administrativas.

Con este tipo de actividades, logramos escuchar y conocer historias y vivencias que son muy fructíferas para seguir construyendo nuestro proyecto encaminado a generar nuevos tiempos para Bogotá.

Para asistir al “Tinto con Luna” usted se puede comunicar al 3220909, teléfono de mi sede de trabajo, donde les darán más instrucciones al respecto.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Reacciones a la encuesta Bogotá Cómo Vamos

Los resultados de la última encuesta del programa Bogotá Cómo Vamos representan una nueva evidencia de los problemas que enfrenta la ciudad como consecuencia del desgobierno y la falta de capacidad de gestión de la actual Administración. En este sentido, no es fácil saber si es peor el retroceso de la ciudad en muchos de los temas claves para la calidad de vida de sus habitantes o la respuesta a dicha situación por parte de quienes nos dirigen.

Por ejemplo, mientras indicadores técnicos y cuantificables demuestran que la inseguridad se ha vuelto un tema crítico para los ciudadanos, el Alcalde afirma que su gestión solo podrá ser evaluada en el mediano y largo plazo al mismo tiempo que la dirigencia de su partido afirma que el actual gobierno distrital es de los mejores de la historia. Esta falta de conexión entre la Administración y la ciudadanía (tres de cada cuatro bogotanos desaprueban la gestión del Alcalde), es fiel reflejo de las limitaciones en el ejercicio de gobierno y nos deja gran preocupación respecto al legado que nos quedará a los bogotanos cuando haya relevo en la Alcaldía.

Es cierto que ejercicios de planeación y de formulación de políticas deben considerarse para el mediano y largo plazo, pero es igualmente cierto que existen necesidades inmediatas que afectan el diario vivir de los bogotanos. En este sentido, parece que por estar preocupados por el mañana se han olvidado de la importancia de resolver la interinidad de la Secretaría de Gobierno, entidad responsable de la seguridad y el arreglo institucional de la ciudad. De esta forma, no es coincidencia que estos temas sean los más grandes lunares en la gestión de la Alcaldía.

Continuando con este mismo tema, no es una respuesta satisfactoria para la ciudadanía el afirmar que en el futuro veremos los frutos de la administración. Tenemos que hablar de los grandes problemas que nos afectan en el presente. Por ejemplo:

· En cerca de una década no se observaba una tendencia sostenida a la baja en la percepción general del rumbo de la ciudad y más del 50% de la población considera que se debe corregir el rumbo en temas de seguridad, desempleo y estado de la malla vial.

· En 2008 el 43% de los bogotanos aseguraba sentirse seguro en su barrio. Hoy, el indicador bajó a 34%, siendo los principales problemas de las localidades los atracos, el micro-tráfico de drogas y la cada vez más frecuente presencia de pandillas juveniles.

· El nivel de satisfacción con la educación pública pasó de 72% a 54% en el último año y más de la mitad de los ciudadanos cree que en Bogotá no se les está garantizando su derecho a la salud. El nivel de satisfacción en materia de salud pasó del 63% en 2008 a 51% en 2010.

· La satisfacción con parques y zonas verdes al interior de los barrios bajó 11 puntos con respecto al año pasado y la satisfacción con el espacio público en general bajó 7 puntos.

· El 44% de las personas encuestadas se encuentran insatisfechos por la forma en que la alcaldía invierte los recursos del presupuesto.

Estos datos son apenas algunas de las múltiples facetas que se discuten en la encuesta, de la cual es posible concluir la gran necesidad de un cambio en Bogotá en especial en aspectos de seguridad, calidad y cantidad de empleo, estado de las vías y acceso a la salud.

En conclusión, creemos que los problemas de Bogotá no se resuelven por medio de anuncios y campañas publicitarias asociadas con proyectos que se llevarán a cabo en un futuro incierto. Lo que necesitamos es nuevos tiempos para Bogotá.
Para traer nuevos y mejores tiempos para Bogotá el equipo liderado por David Luna Sánchez propone trabajar en iniciativas relacionadas con los siguientes temas:

1. Ciudad Segura y Digna

Los bogotanos merecen transitar por las calles sin tener miedo de ser víctimas de un atraco o agresión. Trabajaremos en el control de crímenes, el aumento del pie de fuerza, la profesionalización de la Policía Metropolitana y el fomento de la denuncia ciudadana. En busca de una ciudad digna y humana, mejoraremos y protegeremos el espacio público permitiendo el goce de toda la población, incluyendo menores de edad, adultos mayores y personas con discapacidades físicas. Trabajaremos en la resolución del muy significativo déficit de vivienda de interés prioritario y social.

2. Capital Justa y Equitativa

La promoción de la equidad y el acceso a las oportunidades para todos serán prioridades de nuestro programa de gobierno. Desarrollaremos estrategias específicas para reivindicar a las comunidades menos favorecidas y aseguraremos que la oferta de servicios sea de igual calidad para todos los sectores sociales. Continuaremos, ampliaremos y mejoraremos políticas sociales exitosas como gratuidad en la educación, acceso a servicios de salud, y comedores comunitarios. Trabajaremos también en estrategias de desmarginalización.

3. Bogotá Moderna y Sostenible

Le apostamos a una ciudad renovada en su urbanismo y moderna en su movilidad. Daremos respuesta definitiva a la organización del sistema de buses y busetas y le apostaremos a modernos sistemas de transporte masivo. Trabajaremos para un aire menos contaminado, para lograr un mejor control a las descargas que se vierten a nuestros ríos y para evitar que las calles sigan invadidas de basuras. Pretendemos pasar la página en lo que se refiere a contaminación auditiva y visual y desarrollaremos estrategias para la protección animal y el uso de energías que reduzcan nuestras emisiones de gases causantes del cambio climático. Finalmente, convertiremos a Bogotá en una ciudad digital en donde sus habitantes tengan pleno acceso a las tecnologías de comunicaciones.

4. Ciudadanos Mejores y más Saludables

Mejoraremos la calidad de los servicios de salud, en especial aquellos relacionados con población infantil. Fortaleceremos los programas de prevención de embarazo juvenil y de asistencia nutricional y desarrollaremos estrategias para garantizar el derecho de los menores a crecer sanamente en términos físicos, cognitivos y afectivos. Generaremos ambiciosos programas de fomento a la recreación y el deporte en búsqueda de una juventud libre de drogas y violencia. Le apostamos a la promoción de ferias y festivales culturales de libre acceso, así como al impulso de escuelas de formación deportiva en barrios y localidades.

5. Región Competitiva

Trabajaremos por el mejoramiento del clima de negocios y de la competitividad de Bogotá para atraer inversión nacional y extranjera. Este esfuerzo se llevará a cabo de forma articulada con los municipios vecinos que conforman la Ciudad-Región con el fin de potenciar oportunidades mientras nos protegemos de vulnerabilidades. Haremos especial énfasis en el desarrollo de capital humano a partir de mejores oportunidades de acceso a una educación básica de mejor calidad y en un modelo de jornadas únicas. Asimismo, fortaleceremos la formación técnica y profesional y promoveremos el bilingüismo en la ciudad.
6. Gobierno Decente y Eficiente

Los nuevos y mejores tiempos para Bogotá sólo son posibles bajo los principios de un gobierno transparente en sus decisiones y eficiente en su desempeño. La ética será la bandera para el buen gobierno y el manejo de los recursos públicos así como para el ejercicio de ciudadanía. Promoveremos el respeto por las normas y las instituciones y el amor por Bogotá. Mejoraremos la capacidad de gestión del Distrito definiendo una estructura administrativa sólida con la facultad de manejar y gerenciar el futuro de la ciudad.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Inseguridad y vías en mal estado: enemigos de la localidad de Barrios Unidos



11 de Noviembre, Santa Mónica, Benjamín Herrera, 7 de Agosto y Los Andes, fueron los barrios que recorrí en la localidad de Barrios Unidos. Tras la visita salí con una gran preocupación de sus problemáticas: seguridad, mal estado de las vías y falta de oportunidades.

De nuevo la inseguridad, que, como les comenté en el blog anterior es el problema más grave que estamos padeciendo los bogotanos y lo reafirma las cifras reveladas por el programa cívico ciudadano “Bogotá, Cómo Vamos”, en la cual 3 de cada 10 habitantes han sido víctimas de algún delito en la capital.

Tristemente la localidad de Barrios Unidos en el occidente de la capital no es la excepción, los ciudadanos de bien están cansados del atraco a mano armada, de los “raponeros” en la calle 68 y en toda la carrera 24 y frente a este situación lo único que solicitan es que les den bienestar, confianza y tranquilidad.

El segundo factor de molestia que encontré en Barrios Unidos son las vías destapas, una de ellas es la calle 63 D, entre la Avenida NQS y la carrera 28 D, su estado realmente es pésimo. En este tipo de eventualidades, siempre recuerdo un estudio de contaminación del aire que reveló la Universidad de los Andes, el cual dice que pavimentar las vías evita en un 60% las enfermedades respiratorias.

Frente a estas situaciones que se presentan no solo en Barrios Unidos sino en toda la ciudad, esperamos que con la designación del General Francisco Patiño como Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, no sólo haya más presencia de los uniformados en esta localidad, sino que el panorama mejore para bien de todos sus habitantes y de todos los bogotanos. Solicitamos de manera respetuosa se retomen las redes de apoyo de taxistas, comerciantes, barriales, vigilantes privados, para que la percepción de seguridad florezca en nuestra capital.

martes, 31 de agosto de 2010

La seguridad: más allá de dar papaya

En Bogotá llegamos al extremo en el que una vida humana vale lo que vale un teléfono celular. Suena cruel, pero es la realidad del punto de no retorno al que nos dirigimos en materia de seguridad y convivencia. Según la Alcaldía de Bogotá, (Ver El Tiempo, del día 27 de Julio de 2010, pág. 1-12) durante el primer semestre del año, 102 personas fueron asesinadas por oponerse a un atraco, lo que representa un aumento del 40% con respecto al primer semestre del año anterior. Cada año las cifras muestran un comportamiento más preocupante.

Esto es motivo para hacerle un nuevo llamado de atención al Alcalde: no solo la percepción de inseguridad está aumentando. Los indicadores de muertes violentas y hurto también se están deteriorando, lo que significa que si la percepción de inseguridad aumenta, no es por la supuesta mala fe de los medios de comunicación o de la oposición a su administración, sino que es la consecuencia inmediata del deterioro profundo de la seguridad en una ciudad que durante las cuatro administraciones anteriores a la suya había conseguido mejorar sus indicadores año tras año.

Tal y como señalaron James Q. Wilson y George L. Kelling, en su teoría de las ventanas rotas, el abandono de las ciudades, que se manifiesta en el deterioro de elementos como la malla vial, los parques, manejos deficientes de basuras y abandono de equipamientos del espacio público en general, se traduce claramente en una percepción de falta de autoridad por parte de los ciudadanos y con ello, entregan las calles a los delincuentes. Debido a la ausencia de autoridad que padece Bogotá, los delincuentes han venido recuperando su poder en el espacio público que se les había arrebatado decididamente en la última década.

Alcalde, los ciudadanos necesitamos que por favor, corrija el rumbo. ¿Cómo hacerlo? Un factor determinante para combatir la criminalidad está asociado al proceso de inteligencia, que relacionado con los asuntos urbanos, no solo tiene que ver con la tarea de policía sino que en un sentido más preciso tiene que ver con la capacidad del gobierno de la ciudad para obtener información pertinente y oportuna que además sea procesada y se convierta en insumo real para la toma de decisiones.

Es evidente que no se trata de casos aislados como pretende mostrar la administración. Detrás de estas cifras hay una serie de grupos mafiosos que aprovechan los vacios de autoridad para fortalecer sus negocios ilícitos. No se puede combatir la criminalidad en una ciudad mientras se permita la existencia de mercados negros de elementos robados como sucede actualmente con los celulares. A plena luz del día y en lugares reconocidos por los ciudadanos funcionan mercados de venta de celulares robados, y otros elementos electrónicos completando así el otro componente del mercado: mientras unos se dedican a robar estos elementos en las calles, otros obtienen mejores ganancias en su comercialización ilegal.

Este debe ser un asunto fundamental para combatir la criminalidad en Bogotá, por eso, los gobernantes de la ciudad deberán entender que la seguridad va más allá de poner más policías en las calles. La seguridad en Bogotá debe ser un asunto prioritario para cualquier administración y como tal debe involucrar a todos los sectores de gobierno.

Por ejemplo, se debe insistir en que todo hurto callejero, por pequeña que sea su cuantía, debe ser penalizado con cárcel. Y si hay reincidencia del convicto, como suele suceder, la pena deberá aumentar progresivamente.

Sin embargo, hace falta liderazgo político que permita un verdadero trabajo interinstitucional de carácter estratégico. Las respuestas que da el secretario de gobierno, son absolutamente preocupantes, no solo porque refuerza la teoría de que la víctima tiene la culpa sino porque demuestra un desconocimiento absoluto del comportamiento del crimen en la ciudad. Tal vez no solo se deba a la irresponsabilidad del secretario de gobierno, tal vez se deba también a que como el tema de la seguridad no es importante para esta administración, luego de cinco meses, seguimos con un Secretario de Gobierno encargado.

viernes, 2 de julio de 2010

Espacio público y calidad de vida

El espacio público entendido como los lugares de uso colectivo y de convivencias sociales cotidianas es un elemento estructurante de la vida en centros urbanos. En este sentido, las ciudades de hoy tienen la necesidad de crear espacios de libre acceso donde sus habitantes se integren espontáneamente sin importar su condición social o económica. Esta dinámica de integración genera un significado especial del espacio para los ciudadanos a la vez que erige ciudades más amables, más alegres y sobretodo más dignas.

La disponibilidad de espacio público en los centros urbanos es un reconocido indicador de calidad de vida para sus habitantes. Distintos análisis en salud urbana han propuesto como la presencia de espacio público peatonal, ciclovías y parques en las ciudades es motor para la promoción de la actividad física. El desarrollo urbano de estos espacios de esparcimiento, así como el de otros equipamientos recreativos y culturales, fomenta nuevos comportamientos sociales más igualitarios. Es así como ciudades modelo en el mundo son reconocidas por la cantidad y calidad de su espacio público y por como dichos lugares son articuladores de una buena calidad de vida para sus residentes.

De la misma manera, la correcta gestión del espacio público impulsa nuevas tendencias económicas que se traducen en ciudades más atractivas y más competitivas. Está documentado como el manejo sostenible del espacio público urbano contribuye a impulsar la actividad económica y a mejorar el entorno empresarial.

En las últimas dos décadas, Bogotá ha experimentado una transformación urbanística positiva. Dicha transformación estuvo principalmente fundamentada en proyectos de construcción de infraestructura, transporte público masivo y en procesos complementarios de recuperación de espacio público y cultura ciudadana (desarrollados particularmente por administraciones anteriores al actual gobierno). Esa nueva dinámica en la ciudad generó en los bogotanos nuevas prácticas cotidianas en beneficio de su salud y calidad de vida.

Con la implementación del sistema de transporte masivo Transmilenio, Bogotá no solamente mejoró notablemente la movilidad por los corredores viales donde éste fue implementado, sino que también renovó sus calles y avenidas haciéndolas más amables al peatón. Andenes, plazoletas, puentes peatonales y ciclorutas empezaron a ser parte de la estructura urbana de la ciudad y a través de diferentes campañas se invitó a los ciudadanos a hacer uso de estos espacios (ajenos hasta entonces para la mayoría) y a sentirlos suyos.

La exitosa ejecución de proyectos de construcción de bibliotecas y megaparques públicos llevada a cabo durante finales de la década de los noventas e inicios de los años dos mil, contribuyó notablemente a ampliar la disponibilidad de espacio público por habitante en Bogotá. Al mismo tiempo, estos proyectos se presentaron como una nueva oportunidad para que los ciudadanos compartieran de manera igualitaria nuevas experiencias de esparcimiento.

Según la Secretaría Distrital de Planeación, Bogotá cuenta con un poco menos de 5 m2 de espacio público por habitante. Esta cifra está considerablemente alejada de los estándares recomendados por autoridades internacionales en el tema. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud estima que el espacio verde de libre acceso en las ciudades debe estar entre los 10 y los 15 m2 por habitante. En este sentido, el programa Visión Colombia II Centenario enuncia que en el año 2019 las grandes ciudades colombianas deben contar con una disponibilidad de espacio público que se acerque a dichos estándares internacionales (por lo menos 10 m2 por ciudadano). Sin embargo, con la dinámica de densidad poblacional que experimentan ciudades como Bogotá y sin una voluntad política definida, esta meta será difícil de alcanzar.

A pesar de los mencionados avances en construcción, recuperación y mejoramiento del espacio público de la capital colombiana, aún hay mucho trabajo por realizar en esta transformación. Una de las grandes falencias de las recientes administraciones distritales ha sido la falta estrategias claras para garantizar el mantenimiento y la conservación de los espacios públicos. Según el Observatorio de Espacio Público de Bogotá aún es necesario el diseño de instrumentos eficientes y efectivos para la defensa y gestión de estos lugares en la ciudad. De la misma manera faltan iniciativas concretas de aprovechamiento económico de este recurso con el objetivo de que éste sea autosostenible.

Lo anterior a pesar de lo estipulado en el Plan Maestro de Espacio Público para la ciudad y de la labor que realiza el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público. En el primero se especifican las políticas de gestión, de cubrimiento y accesibilidad, y de calidad a seguir por la administración distrital para una efectiva generación, utilización, mantenimiento y protección del espacio público. La segunda es una entidad del Distrito que ha venido trabajando en la defensa participativa y sostenibilidad territorial del espacio público, promoviendo su recuperación a partir de un control social y la participación privada y comunitaria.

En el contexto anterior, la intensión de convertir a Bogotá en una ciudad más competitiva requiere de continuar el proceso de transformación de su espacio público. El desarrollo y la administración correcta de estos escenarios convertirán la ciudad en un mejor lugar para vivir, llamativo a la vista de visitantes y de inversionistas de capital nacional y extranjero.


¿En qué sentido trabajar en Bogotá?

Planeación y renovación urbana. Es claro que a pesar de los esfuerzos realizados por anteriores gobiernos distritales, Bogotá se encuentra rezagada en cuanto a la disponibilidad de espacio público por habitante. En este sentido, las estrategias de planeación y renovación urbana en la ciudad deben involucrar la generación de nuevos equipamientos para la recreación y el sano esparcimiento de los ciudadanos (v.g., parques, zonas verdes, alamedas, ciclorutas). Es decir, las políticas de planeación deben orientar a la ciudad hacia una transformación que le permita ser una urbe más humana, más social y más participativa.

Consecuentemente con la proposición anterior, los nuevos proyectos inmobiliarios en la ciudad no solo deben estar enfocados como una solución de vivienda, sino que éstos deben proyectarse para construir infraestructura de espacio público. El desarrollo de estos espacios es, sin lugar a dudas, un mecanismo de valorización por lo que su construcción constante será una estrategia para convertir a Bogotá en una ciudad más competitiva. Igualmente, en la medida en que dichos proyectos de renovación urbana sean concluidos con éxito, los ciudadanos podrán experimentar una mejora notable de su calidad de vida.

Un caso específico del tipo de nuevos espacios que deben ser desarrollados son las canchas deportivas sintéticas en sectores populares de la ciudad. Estos espacios son construcciones modernas, con materiales duraderos disponibles para la práctica saludable del deporte. Igualmente estas canchas y sus inmediaciones funcionan además como lugar de reunión e integración para la comunidad y tienen un alto impacto en aspectos como la seguridad de la zona. En este mismo sentido es importante trabajar en la promoción de la restructuración de los salones comunales en centros culturales y de conocimiento. Los salones comunales deben convertirse en espacios donde los vecinos del sector puedan gozar de pequeñas bibliotecas y salas de cómputo. Para que esta iniciativa funcione debe ser una política del distrito. La administración distrital debe ser un ente promotor del movimiento comunal y fomentar los mecanismos para que los salones comunales en todas las localidades de Bogotá puedan ser centros unos verdaderos centros de integración y conocimiento.

Con el objetivo de tener una ciudad más digna, es fundamental la correcta planeación territorial del las zonas que aún se encuentran por desarrollar en Bogotá (v.g., plan zonal del norte y plan zonal de Usme). Es mandatorio que en estos planes se garantice la inclusión de zonas destinadas al libre esparcimiento, a la cultura y al goce y recreación de los bogotanos. En especial las nuevas zonas destinadas a construcción de vivienda para estratos bajo y medio bajo es determinante que estén dotadas con este tipo de equipamientos y de servicios complementarios como colegios, bibliotecas y unidades de policía descentralizadas (e.d., CAI). Al mismo tiempo, estos planes deben incluir y ejecutar elementos que garanticen la accesibilidad y sostenibilidad de estos escenarios. Todo este desarrollo urbano debe estar enmarco, por supuesto, en el respeto por las áreas forestales y de reserva que están presentes en estas zonas geográficas de la ciudad.

Otra zona cuya planeación y renovación se torna urgente, es el centro de la ciudad. El centro es para muchos bogotanos el espacio geográfico donde transcurre su vida pero además donde se sienten social y culturalmente incluidos. Es por esta razón que se debe trabajar en construir un centro para todos, que se presente realmente como lugar de integración y que sea usado como elemento recuperador de la memoria histórica de los bogotanos.

Una alternativa de generación de espacio público en el centro de la ciudad puede ser la construcción de corredores turísticos que permitan dar un uso sostenible a zonas que tengan alguna significancia histórica. Asimismo, la recuperación de parques, plazoletas y andenes es determinante para dar vida a sectores hasta ahora marginados del centro de la ciudad. En este sentido, la recuperación integral del espacio público en esta zona debe tener en cuenta la población cuya vida se allí se desarrolla. Estos programas de renovación urbana deben contar con estrategias de integración y reubicación de la población que actualmente existe en el centro, de tal forma que se logre no solo un cambio físico de esta zona de la ciudad, sino también un positivo cambio social.

Escenario Multipropósito en Bogotá.

La ciudad necesita de un espacio donde se puedan llevar a cabo eventos de alta afluencia de público y de gran categoría (v.g., conciertos, espectáculos artísticos). La propuesta es aprovechar el área donde se encuentra actualmente el Coliseo el Campín (incluida la zona de parqueaderos que se encuentra subutilizada) para construir allí un escenario moderno y seguro de gran magnitud. Ese nuevo equipamiento, que puede funcionar bajo la administración del Distrito en concesión a un particular, con seguridad abrirá las puertas a atracciones musicales, deportivas y culturales de nivel mundial que hasta ahora han sido ajenas a los bogotanos.

Cultura ciudadana. Bajo la premisa de que el espacio público es de todos, los bogotanos deben apropiarse de estos lugares de libre acceso y sentirlos suyos. En este sentido, cada ciudadano no solamente debe entender los beneficios en su calidad de vida de parques, senderos, andenes, y ciclorutas, sino que también debe estar comprometido con el buen uso y aprovechamiento de estos espacios.

La conservación adecuada y en buen estado de estos equipamientos urbanos depende en gran parte del uso respetuoso que se les de. Es por esta razón que sigue siendo determinante recuperar las nociones de cultura ciudadana cada vez más ajenas para la mayoría de los habitantes bogotanos.

Asimismo, en el proceso de recuperación del espacio público en la ciudad es precisa una promoción del autocontrol. A través de campañas de educación y sensibilización invitar a comerciantes ambulantes y transeúntes a no hacer ocupación indebida de estos lugares, mantenerlos limpios y disponibles para su correcto uso y aprovechamiento de la comunidad.

Aprovechamiento económico del espacio público. Tan importante como la generación de espacio público es la gestión para garantizar que este sea sostenible. De esta forma es necesario el planteamiento de programas de aprovechamiento económico de estos lugares. Una de las alternativas utilizadas hasta el momento para la generación de recursos ha sido la adjudicación de contratos de concesión del mobiliario urbano. En esta modalidad de contratación, el contratista puede generar alguna rentabilidad mediante el uso comercial del lugar y el mismo debe encargarse de su mantenimiento y conservación (un caso común es la publicidad en paraderos de buses).

Sin embargo, estas iniciativas de aprovechamiento económico deben ser más agresivas y orientadas principalmente a velar por el interés general (en cuanto a garantizar la sostenibilidad de los lugares públicos) y no a favorecer algunas intenciones particulares. La publicidad ofrecida en estos espacios, por ejemplo, debería estar orientada únicamente a la promoción de eventos culturales, deportivos, recreativos y sociales. De la misma forma, parques, alamedas, andenes y plazoletas podrían ser usados como áreas de exposiciones artísticas, bailes y ferias culturales (al igual que sucede en varias ciudades del mundo).

Comerciantes ambulantes. La ocupación del espacio público por parte de comerciantes ambulantes es una problemática que debe ser tratada con el mayor interés y rigurosidad por parte de la administración local. La regulación de las ventas sobre el espacio público debe ser estricta y bien definida, sin dar lugar a vicios que entorpezcan la acción de las autoridades. Aunque no es muy clara la cifra de vendedores ambulantes en las calles bogotanas, el Instituto para la Economía Social estima que la cifra en el año 2008 podía estar cercana a los 37,000. En respuesta a esta situación se ha venido trabajando en la implementación de módulos de ventas (particularmente en las localidades de Santafé y Candelaria) y la organización de ferias temporales de las que participan comerciantes callejeros afiliados a distintas asociaciones.

Sin embargo, el cubrimiento de este tipo de estrategias de regulación sólo ha logrado beneficiar a un porcentaje muy bajo del total de vendedores. En la intensión de generar mecanismos incluyentes en la defensa de espacio público es necesario trabajar en que dichas ferias temporales y módulos de ventas estén debidamente reglamentados. El proceso de adjudicación de los cupos debe ser un proceso legítimo que no se preste para prácticas corruptivas por parte de funcionarios de la administración local. Adicionalmente este proceso debe condicionar las zonas intervenidas de tal forma que se garantice que no serán posteriormente ocupadas por nuevos vendedores.

Al mismo tiempo, estas soluciones de recuperación de espacio público serán efectivas si además representan una verdadera opción económica para los vendedores. No se trata solamente de reubicar a los vendedores sino de que esta reubicación ser una oportunidad para que su negocio se mantenga y se legalice. Se requiere un acompañamiento al proceso por parte de las autoridades, que oriente a este grupo personas para sacar el mayor provecho de su nueva ubicación. Quizá de esta forma las estrategias de módulos de ventas y de ferias temporales podrían llegar a ser de cubrimiento masivo.

En la búsqueda de las posibles soluciones a la problemática de ocupación de espacio público por parte de vendedores ambulantes, es fundamental contar con un diagnóstico detallado de esta problemática, que incluya un número más exacto del total de comerciantes, su ubicación actual y la distribución de los tipos de productos ofrecidos.

Seguridad Urbana. La ocupación inadecuada del espacio público es a su vez uno de los principales medios de promoción de la ilegalidad en la ciudad. La informalidad en las calles bogotanas genera un ambiente propicio para la incidencia de crímenes menores y esta condición limita notablemente el libre acceso y disfrute del espacio público por parte de los ciudadanos. En este sentido, es necesario trabajar en Bogotá en mantener la legalidad como un elemento fundamental del desarrollo de la ciudad.

El alejamiento de los ciudadanos de lugares públicos abiertos en Bogotá fue en algún momento generado por la sensación de sentirse vulnerables e inseguros. Esta situación llevo a que muchos de éstos prefirieran buscar espacios que se percibían más seguros tales como los centros comerciales. Por esta razón es fundamental no solo garantizar la disponibilidad de espacios públicos para el goce de los habitantes bogotanos sino también trabajar en la posibilidad de acceso a éstos. Se requiere de un trabajo conjunto entre los distintos entes competentes que brinden al ciudadano la confianza suficiente para que el salir y disfrutar de espacios abiertos sea una opción de ocupación del tiempo libre. En esta estrategia el mantenimiento de estos lugares, la disponibilidad de alumbrado público y la presencia continua de autoridades y mecanismos alternos de vigilancia (v.g., uso de video cámaras), son acciones todas complementarias entre si y a su vez indispensables.

Referencias:

Alcaldía Mayor de Bogotá (2005). Plan Maestro de Espacio Público. Decreto 215 de 2005.

Alcaldía Mayor de Bogotá y Cámara de Comercio de Bogotá (2005). Memorias: Foro Internacional Espacio Público y Ciudad. Bogotá.

Alcaldía Mayor de Bogotá (2010). Departamento Administrativo Defensoría del Espacio Público. Disponible en: http://www.dadep.gov.co/

Cámara de Comercio de Bogotá (2008). Primer Observatorio de Espacio Público de Bogotá. Disponible en: http://camara.ccb.org.co/documentos/4414_observatorio_espacio_publico.pdf

Gómez Serrudo, N.A. (2007). Espacio Público en Bogotá. Revista Bitácora Urbano Territorial. Vol 1. Número 11, 40-52.

Organización Panamericana de la Salud-OPS (2009). Análisis del Perfil de Salud Urbana en Bogotá. Fundación Ciudad Humana, Bogotá.

Márquez, Juan C. y Eduardo Behrentz (2009). Debilidad Institucional y Aceptación de la Ilegalidad: El Caso de la Permisividad Policial en el Control de las Infracciones de Tránsito en Bogotá. Universidad de los Andes. 2009.

lunes, 21 de junio de 2010

Obras incompletas: trampas mortales


He visto en distintas obras que supuestamente se entregan en Bogotá, que los contratistas no están realizando las demarcaciones y no están instalando ni reductores de velocidad o las señales de tránsito, poniendo así en peligro la vida de miles de ciudadanos.
El caso de la Circunvalar es uno de los tantos, allí unos 800 metros de la Avenida Circunvalar en el sector comprendido entre las calles 7 y 17 en pleno centro de la ciudad fueron intervenidos, la capa asfáltica de la vía fue cambiada, sin embargo, no se pintaron las líneas sobre la vía y los vehículos no tienen carril.
Pero la demarcación no es el único problema, si usted se dirige hacia el sur, encontrará luego del funicular del Cerro de Monserrate, una alcantarilla sin tapa, ¡qué peligro! Siendo una vía tan rápida como la Circunvalar. En el registro fotográfico, es evidente que el contratista que hizo el reparcheo dejó el hueco, que esperamos sea tapado con urgencia.
Para completar estas chambonadas, también urge que en ese tramo arreglado, frente a la Clínica Roosevelt y la Universidad Distrital sede de la facultad de ingeniería ambiental, se pongan verdaderos reductores de velocidad y se incrementen las señales de precaución por el paso de peatones. Hoy está en peligro la vida de cientos de estudiantes y de señoras con sus pequeños hijos que llegan a consulta médica.
Hago un llamado a la Administración para que se realicen obras, pero totalmente terminadas, no podemos poner en peligro la vida de los ciudadanos, porque en vez de beneficiar a los bogotanos estamos tendiéndoles trampas mortales.

martes, 8 de junio de 2010

La calidad de la educación en Bogotá




He denunciando en múltiples ocasiones el pésimo estado en el que se encuentran distintas instituciones educativas en Bogotá. Hoy haré un recuento de los últimos colegios que recorrí, entre ellas están la Institución Educativa Distrital General Santander en la localidad de Usaquén, el colegio Alfonso Reyes Echandía en la localidad de Bosa y el San Benito Abad en Tunjuelito.
En el Colegio General Santander, los estudiantes no aguantaron más y hace aproximadamente un año, se tomaron por las vías de hecho la carrera séptima a la altura de la calle 116, bloqueándola para exigir un sitio digno donde recibir sus clases.
Este colegio, sufrió en Mayo de 2008, tras el sismo que sacudió a Bogotá, un daño en su estructura, -en el siguiente link, pueden apreciar la visita técnica que realizó la DPAE y corrobora que hay un daño en el colegio. http://colegiogsantanderusaquen.blogspot.com/2009/05/solicitud-de-visita-tecnica-dpae-se-2.html -pero hoy, dos años después, los estudiantes deben tomar clases en un sitio arrendado y pese a los numerosos hechos que demuestran que su antigua sede está a punto de caerse, no hay una solución a la vista.
Los alumnos y padres de familia, ahora han escuchado que serán trasladados a un nuevo sitio, en la calle 170, donde seguirán en arriendo. Este sitio, como lo apreciamos en la foto 1, no está acondicionado para un colegio.
FOTO 1. Posible nueva sede del Colegio General Santander (Usaquén).
El otro caso preocupante, es el entorno del Megacolegio Distrital Alfonso Pérez Echandía, inaugurado en Junio de 2007, con una inversión que superó los 11 mil millones de pesos. Las vías aledañas al centro educativo ubicado en el barrio San Pedro de la localidad de Bosa, son un desastre y más aun en esta época invernal.
Comprobé que los estudiantes deben cruzar todos los días un mar de lodo antes de llegar al colegio, como se puede ver en la foto 2. Todos, incluidos padres de familias, se ven seriamente afectados por el barro.
Junto con la comunidad, esperamos que haya una solución inmediata para los 3.500 alumnos de este colegio.
FOTO 2. Entrada al Colegio Alfonso Reyes Echandía (Bosa).
El siguiente caso es el del Colegio San Benito Abad en la localidad de Tunjuelito. De esta institución educativa, he denunciado que sus alumnos merecen respeto, y las autoridades deben salvaguardar la vida del estudiantado, ya que la estructura está que se viene al piso por lo vieja que se encuentra.
Sin ni siquiera ubicar a los estudiantes en otra edificación, cientos de niños y niñas corren el riesgo de que un muro les caiga encima. La problemática no se ha querido solucionar justo cuando al lado del colegio, se está construyendo una vía que conectará la Avenida Boyacá con la Avenida Villavicencio, por lo tanto, el colegio debería ser intervenido.
En el siguiente video blog, conocerán más de esta denuncia: http://davidluna.blog.terra.com.co/2010/02/22/david-luna-denuncia-abandono-en-escuela-de-bogota/
Al conocer estas historias, me queda un manto de dudas de la calidad de educación que están recibiendo los niños y niñas bogotanas. Es urgente que se solucionen estos casos, para garantizar el bienestar de nuestras futuras generaciones.

martes, 1 de junio de 2010

Bogotá no está preparada para el Mundial de fútbol juvenil ¡La Administración debe reaccionar!

Estamos muy preocupados por los atrasos que existen en las mega obras complementarias en Bogotá para la realización de un evento como lo es un Mundial de Fútbol.
La capital no puede quedar relegada frente a ciudades como Pereira y Cali en donde ya se están adelantando obras en sus estadios. Bogotá debe recibir en el año 2011, el próximo año, a las selecciones de fútbol juveniles en la inauguración del certamen y entregar un espectáculo digno de un Mundial de fútbol Sub – 20 en la final, pero ¿Qué adecuaciones se están adelantando en el Nemesio Camacho “El Campín”? Ninguna por cierto.
Pero dejemos de mencionar los estadios, ya que la ciudad, en todo su entorno tiene que estar al 100 por ciento para el evento. La llegada de las delegaciones y la prensa internacional a Bogotá debe manejarse a la altura de las mejores ciudades.
Es prioritario que los problemas de movilidad se solucionen, no olvidemos que las principales vías hoy están en obra, por ejemplo, la calle 26, la vía de entrada a la ciudad, las cuales tienen más de 10 meses de atraso en su adaptación a la lll fase de TransMilenio.
A esto debemos sumarle los 24 meses de atraso de la Vía al Llano, los 20 meses de los andenes de la calle 116, la Vía de los Comuneros, etc. Por eso he afirmado que en un 50 % están atrasadas las obras en Bogotá para el Mundial de fútbol.
Este preocupante llamado lo hice en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, esa intervención fue retomada por La Cosa Política de RCN Noticias, véanla: http://www.youtube.com/watch?v=D-iT9Jq5SCY
De igual manera, aprovecho este espacio para insistir en la propuesta que he hecho en varias oportunidades sobre la necesidad que tenemos los bogotanos de contar con un verdadero escenario cultural. Debemos aprovechar sitios como el terreno en donde se encuentra el Coliseo El Campín para la construcción del mismo, allí los ciudadanos podremos contar con la mejor infraestructura y desarrollo tecnológico que sea comparable a los grandes eventos que se realizan en varias ciudades del mundo.

lunes, 24 de mayo de 2010

No más contaminación por ruido en Bogotá

El ruido, entendido como cualquier sonido no deseado o potencialmente dañino para la salud de las personas, es hoy en día considerado como uno de los principales problemas ambientales de los centros urbanos. La problemática de contaminación auditiva se manifiesta además como una consecuencia del crecimiento urbano y económico de las ciudades afectado directamente la calidad de vida de sus habitantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asociado la exposición a elevados niveles de ruido con afecciones en la salud de las personas, incluidos cambios de comportamiento, irritabilidad y estrés.


Descripción del problema en Bogotá

Las autoridades ambientales locales han logrado identificar que la principal fuente de ruido en la ciudad es el tráfico vehicular. Sin embargo se reconocen otras fuentes de emisión importantes tales como actividades comerciales, actividades industriales y de construcción, el perifoneo y el tráfico aéreo. No obstante, a nivel distrital la información que se tiene sobre el diagnóstico de esta problemática ambiental es todavía muy somera.

En el año 2005 la Personería de Bogotá elaboró un informe de control institucional a la contaminación auditiva. En dicho informe se documentó información relacionada con el número de quejas por ruido instauradas ante las distintas alcaldías locales. A partir de este indicador se concluyó que las localidades de Suba, Engativá y Kennedy eran las más afectadas por situaciones de altos niveles de ruido.

La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) ha llevado a cabo distintos proyectos para la generación de mapas de ruido en la ciudad. Una primera aproximación se realizó en convenio con la Universidad Incca de Colombia y consistió en el desarrollo de este tipo de mapas para las localidades de Fontibón, Engativá, Santa Fé, Kennedy y Puente Aranda. En dicho ejercicio se consiguió además georeferenciar las principales fuentes generadoras de ruido. En el año 2009 estos mapas fueron actualizados para cinco de las localidades más afectadas por esta problemática y según el Observatorio Ambiental de la ciudad se estima que para el año 2010 se realicen otros cuatro mapas de ruido adicionales.

Un estudio recientemente publicado por la Universidad de los Andes determinó los niveles de presión sonora en diferentes espacios de la ciudad, clasificados tal como lo indica la normativa nacional (Resolución 627 de 2006). Según los resultados de este ejercicio los niveles de ruido ambiental encontrados en la ciudad superaron los valores límite nacionales en el 75 % de las pruebas. Este fue el caso incluso para cuando se evaluaron inmediaciones de sectores tales como parques y hospitales.

Este mismo estudio documentó el ruido producido por el tráfico vehicular en tres importantes corredores viales de la capital (Avenida Circunvalar, Avenida Carrera 30 y Carrera Séptima). Los resultados demuestran que los ciudadanos están expuestos a niveles de ruido que superan los 75 decibeles en inmediaciones de las vías caracterizadas. Estos niveles de contaminación auditiva están por encima de los valores referencia considerados por la OMS como nocivos para la salud de las personas.

Los ciudadanos bogotanos son conscientes de esta problemática y la están sintiendo. Es así como en la última encuesta de percepción ciudadana del programa “Bogotá Cómo Vamos”, el 75% de las personas reconocieron que la contaminación por ruido en la ciudad está afectando de alguna forma su salud o la de su familia. En este sentido, el número de quejas por ruido (ingresadas a la SDA) sigue siendo del orden de varios miles de casos por año (5,200 quejas en el año 2008).

Una situación realmente preocupante son los altos niveles de ruido que se perciben en los barrios contiguos al Aeropuerto El Dorado. Dicha problemática, ampliamente conocida por las autoridades locales, es causante de un notorio deterioro en la calidad de vida de los residentes de zonas aledañas al terminal aéreo. Estas personas inquietas por su situación (que además involucra la desvalorización de sus predios), se han manifestado en varias ocasiones con el ánimo de exigir al Distrito mayor control sobre las emisiones causadas por el aeropuerto, así como la formulación de estrategias de mitigación.

La administración local a través de la campaña de sensibilización “no más ruido, cambiándole la cara a Bogotá” logró despertar inquietudes en los bogotanos sobre la situación de contaminación auditiva. Asimismo, en el último año se iniciaron acciones encaminadas a reducir los niveles de ruido en la ciudad y se puso en operación la unidad móvil de control de ruido. Sin embargo, es aún mucho lo que falta por hacer técnica, política y culturalmente para realmente mejorar las condiciones de esta problemática de contaminación urbana. Solo serán realmente efectivas las intervenciones que lleguen a tener un impacto significativo sobre la calidad de vida de todos los bogotanos.


Entonces, ¿qué hacer y qué proponer?

A pesar de la relativa poca evidencia técnica con la que cuenta el Distrito es posible afirmar que Bogotá afronta un serio problema de contaminación auditiva. Esta situación, que meceré toda la atención de las autoridades distritales y de la ciudadanía, debe ser mejor documentada. Es necesario articular esfuerzos entre las autoridades distritales y las alcaldías locales que permitan generar una estrategia de control y mitigación de los efectos negativos generados por el exceso de ruido. Esta estrategia debe estar orientada a partir de los siguientes frentes de acción:

Caracterización del problema. Es determinante conocer cuál es la verdadera situación de contaminación auditiva en la ciudad. Una correcta caracterización de la problemática no sólo depende de la cantidad de información que se tenga sino también de la calidad de ésta. En este sentido, las autoridades distritales y alcaldías locales deben aumentar el número de instrumentos de medición de última tecnología. Además, deben conformar equipos de trabajo con personal capacitado en el manejo de estos equipos y en la correcta interpretación de la información, para de esta manera garantizar un diagnóstico acertado. Una de las críticas que ha hecho la Personería de Bogotá a la SDA y a las distintas administraciones locales es la falta de equipos y personal técnico idóneo para hacer un diagnóstico y control efectivo de esta problemática.

Se deben generar mapas de ruido para la totalidad de las localidades del Distrito. Este instrumento es una herramienta muy útil para cuantificar la magnitud del problema, para identificar las principales fuentes de emisión por zonas de la ciudad y para poder desarrollar programas preventivos, correctivos y de seguimiento. Estos documentos, que deben ser actualizados constantemente, pueden ser utilizados como soporte para la elaboración de nuevos planes de ordenamiento territorial.

Cultura ciudadana. Una política de reducción de ruido en un centro urbano solo puede establecerse si se tiene un diagnóstico adecuado de la situación y si las autoridades y la comunidad son lo suficientemente conscientes del problema. En este sentido, es preciso recuperar las nociones de cultura ciudadana cada vez más ajenas para la mayoría de los bogotanos. Son necesarias continuas campañas de educación y sensibilización que inviten al ciudadano del común a cambiar varias de las conductas de su rutina diaria (v.g., uso frecuente del pito de su vehículo, mejora de patrones con conducción, volúmenes adecuados en fiestas en residencias).

Un escenario de cultura ciudadana en Bogotá involucra también a los comerciantes (los cuales generan el 60% de las quejas por ruido en la ciudad), a quienes a través de un proceso de acompañamiento por parte de las autoridades se les debe invitar a la autorregulación. Un tipo de iniciativas que puede ser tomada como punto de partida fue la firma del Pacto de Seguridad y Convivencia de la Zona Rosa en la Localidad de Chapinero. Este pacto fue una invitación a residentes, comerciantes y las autoridades de la zona para ejercer un autocontrol sobre los niveles de ruido (que en la localidad pasaron de ser una situación ambiental a convertirse en una problemática social).

Planeación urbana. El objetivo de convertir a Bogotá en una ciudad más competitiva demanda una planeación urbana cada vez más elaborada. Es necesario un estricto control sobre el uso del suelo de tal forma que nuevas urbanizaciones, centros educativos y hospitales estén a una distancia considerable de las principales vías de mayor flujo vehicular en la ciudad. Asimismo, este control sobre el uso del suelo debe garantizar la no presencia de establecimientos nocturnos en zonas residenciales.

A través de una adecuada planeación urbana se debe considerar también el uso de algunas barreras físicas para mitigar los efectos negativos del ruido en las zonas donde éste es más crítico (en especial en inmediaciones de vías principales). Estas barreras pueden ser vegetación alta y espesa que ayude a reducir el ruido pero también armonicen el paisaje y reduzcan la sensación de molestia al estar cerca una gran autopista, por ejemplo. También se pueden contemplar iniciativas como la propuesta de construcción de un parque lineal paralelo a la pista sur del Aeropuerto el Dorado. Este parque, además de las posibilidades ambientales y de esparcimiento que podría ofrecer, representaría una barrera natural mitigadora del ruido en la localidad de Fontibón.

Una estrategia que involucre un completo diagnóstico de la problemática, educación y cultura ciudadana y elementos de planeación urbana será una alternativa acertada para reducir los elevados niveles de ruido en Bogotá. Más importante, es una alternativa para mejorar notablemente la calidad de vida de los ciudadanos y se convertirá en un mecanismo para promover una ciudad más digna y más competitiva.


Referencias


Alcaldía Mayor de Bogotá (2010). Observatorio Ambiental de Bogotá. Secretaría Distrital de Ambiente.

Cámara de Comercio de Bogotá (2010). Bogotá Cómo Vamos 2009: encuesta de percepción ciudadana. Disponible en: http://www.bogotacomovamos.org/datos/AE_14_Bogota_Como_Vamos_2009.pdf

Deutsche Gesselschaft fur Technishe Zussammenarbeit - GTZ (2002). Texto de Referencia para la Formulación de Políticas en Países en Vías de Desarrollo. Módulo 5C: Ruido y su Mitigación. Alemania. Disponible en: http://www.cleanairnet.org/lac/1471/article-58289.html

Organización Panamericana de la Salud-OPS (2009). Análisis del Perfil de Salud Urbana en Bogotá. Fundación Ciudad Humana, Bogotá.

Pacheco, J., Franco, J.F. y Behrentz, E. Caracterización de los Niveles de Contaminación Auditiva en Bogotá: Estudio Piloto. Revista Ingeniería Universidad de los Andes. No. 30, 72-80.

Personería de Bogotá (2006). El Ruido Ensordece a Bogotá. Disponible en: http://www.personeriabogota.gov.co/?idcategoria=993

Personería de Bogotá (2005). Veeduría Temática, Control Institucional a la Contaminación Auditiva en Bogotá. Personería delegada para el medio ambiente y desarrollo urbano. Reporte Institucional.

Velez, L.M. y Espinosa, G.J. (2008). Afectación de la Contaminación por Ruido en el Desarrollo Urbano. VII Seminario Nacional de Investigación Urbano Regional. Medellín.

lunes, 17 de mayo de 2010

De Bogotá D.C. a Bogotá Wi-Fi

La diferencia entre las sociedades ricas, en continuo crecimiento, y las pobres, que tienen un gran retraso, es el rezago tecnológico. Está claro que, cuando un país hace un esfuerzo decidido y continuo para otorgarles herramientas de conocimiento a sus ciudadanos, está asegurando un presente y un futuro mucho más sólido, pues les permite ponerse “al día” frente a su preparación académica y profesional.

Esta es una apuesta que, tanto los Estados como los gobiernos locales, deben empezar a adoptar; pues es aquí donde el capital humano genera riqueza social y crecimiento económico. No obstante, los costos en el acceso a Internet siguen siendo escandalosamente altos a pesar de que hay mayor regulación en la oferta y hay más competidores en el mercado.

Uno de mis sueños y será uno de mis proyectos para la Alcaldía Mayor de Bogotá es que la ciudad cuente con un acceso ilimitado a Internet y a todos los servicios de información, para que los habitantes de todas las zonas de la ciudad puedan conocer de primera mano qué es lo que está pasando en el mundo, en tiempo real.

Esta no es una idea descabellada, poco a poco en diferentes partes del mundo gracias a la unión y esfuerzo de los sectores público y privado es posible ofrecerles este servicio a los ciudadanos “de a pie”.

En efecto, existe una clasificación de las Ciudades Digitales que se hace con base en las facilidades en el acceso a Internet, que se diferencian entre Ciudades Digitales con ánimo de lucro -creadas por compañías privadas para una labor comercial. Este tipo de ciudades prima en E.E.U.U.-; las Ciudades Digitales sin ánimo de lucro, que son creadas por iniciativas de los ciudadanos o de administraciones públicas con fines específicos, las cuales han tenido enorme auge en Asia.

Y las Ciudades Digitales Mixtas, que son aquellas que tienen una parte de iniciativa pública y otra parte de iniciativa privada; y, por lo tanto, tienen varios servicios con o sin ánimo de lucro. Este modelo, en particular, garantiza la sostenibilidad financiera a los prestadores del servicio y, a la vez, busca que los ciudadanos puedan acceder a la información.

En las grandes metrópolis como Nueva York, Paris, Londres, Berlín o Beijing, por citar algunas, cuentan con “Hot Spots” (en español podría traducirse como “puntos calientes”), los cuales le permiten a los habitantes conectarse a Internet de manera gratuita o pagando un pequeño porcentaje por el tiempo utilizado.

En Suramérica hay casos interesantes en Santiago de Chile y Rio de Janeiro. En la capital chilena hoy existen varios “Hot Spots” en donde hay servicio de conexión de forma gratuita y en Río de Janeiro el servicio de Internet ya se ofrece en las favelas de Doña Marta y Ciudad de Dios, dos de las zonas más pobladas y deprimidas de la ciudad; próximamente, los cerca de 60.000 habitantes de la favela de Rocinha –el barrio más pobre de Brasil- tendrá acceso al Wi-Fi. Y, en breve, será extendido a toda la Baixada Fluminense, que es el conjunto de municipios en la periferia de la región metropolitana de Río de Janeiro en el que viven cerca de 2,5 millones de personas.

Aquí, los números lo dicen todo: el gobierno local tiene reservados 4, 5 millones de reales (unos 2,3 millones de dólares) para extender la señal a todos los suburbios de Río de Janeiro. Sin embargo, en esta iniciativa también participan la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ); y la Universidad privada Pontificia Universidad Católica (PUC), que desarrolló la tecnología para ofrecer internet en la favela de Ciudad de Dios.

Estos ejemplos nos demuestran que el servicio de Ciudad Digital debe estar enfocado en las necesidades de su población –más que todo a la que, por razones económicas, no puede acceder a éste-; por lo cual se puede establecer una alianza entre los gobiernos locales con asociaciones comunitarias; las bibliotecas; las universidades públicas y privadas, y el sector empresarial. Por otra parte, debe haber una empresa de telecomunicaciones que asuma la adquisición de máquinas; las licencias de software; las líneas de comunicaciones y que se responsabilice por la ampliación del servicio.

Nuestro sueño y prioridad es implementar un modelo mixto de Ciudad Digital, a través de la prestación del servicio de forma gratuita inicialmente en las localidades más marginadas -por ejemplo, Ciudad Bolívar, Bosa o Usme- con el fin de que los colegios y demás entidades educativas y comerciales del sector tengan acceso gratuito al servicio de Internet. Como parte integral de nuestro sueño, está también el poder brindar contenido gratuito de tipo cultural, académico y de gobierno en línea, entre otros, a los usuarios. De nada sirve a una población el estar altamente conectada si no obtiene los beneficios de un contenido útil en la red.

El servicio de Wi-Fi también debe implementar en sectores de la ciudad con mayor movimiento comercial y económico, en estos sitios se podrían establecer tarifas razonables para el acceso a Internet inalámbrico, como en el Centro Financiero de la calle 72; o en la zona empresarial comercial del Salitre.

Bogotá debe avanzar y estar a la altura de muchas ciudades. Es inaudito y no podemos permitir que nuestros niños, jóvenes y ancianos no cuenten con acceso libre y permanente a la red de información, y que los siga “atropellando” la tecnología, al no existir mecanismos que incentiven su uso.

lunes, 10 de mayo de 2010

¿En dónde están los recursos de la valorización?

En el año de 2005 el Concejo de Bogotá autorizó al Distrito, mediante el Acuerdo No. 180, el cobro de la valorización a 300 mil ciudadanos. Con esta contribución se esperaba recaudar 2,1 billones de pesos, destinados a 137 obras que se ejecutarían en cuatro fases (de 2007 a 2015). Hoy, después de 2 años, los bogotanos no sabemos ¿qué pasó con el dinero recaudado?, ¿cómo van las obras de la fase 1? y ¿cuál es el avance de las mismas?.

Frente a esta generalizada preocupación, el pasado 20 de abril, junto al Senador Juan Manuel Galán, citamos a un debate de control político al Alcalde Mayor, Samuel Moreno y al director del Instituto de Desarrollo Urbano –IDU- Nestor Eugenio Martínez para que respondieran por los 607 mil millones de pesos que los bogotanos pagaron por concepto del cobro de la valorización para construir 36 obras en toda la ciudad de la fase 1.

Mientras el actual director del IDU, Néstor Eugenio Martínez, acudió de manera cumplida, el Alcalde Mayor, Samuel Moreno no asistió; por esta razón, tomamos la decisión de no adelantar el debate y buscaremos que sea la Corte Constitucional quien obligue al burgomaestre asistir al Congreso y que le ponga la cara a los ciudadanos con este tema.

Mi conclusión de este ejercicio es: si el primer mandatario bogotano, no asiste a un debate de esta índole, es porque el manejo que se le está dando a esa contribución, tiene el mismo trasfondo, de desinterés, desidia y apatía.

Alcalde: las obras de infraestructura de un país o una región, en este caso Bogotá, tienen relación directa con la productividad y competitividad internacional. Bogotá necesita avanzar en este aspecto.

lunes, 3 de mayo de 2010

Construir viviendas en Bogotá es posible

La vivienda y la posibilidad de acceso a ésta por parte de los ciudadanos es una propuesta clave en el proceso de integración social en un centro urbano. Una ciudad con un elevado déficit habitacional tiende a permanecer en una dinámica de exclusión e inequidad social. De este modo,la posibilidad de brindar una vivienda digna, que mejore las condiciones de calidad de vida de los ciudadanos, es un reto demándate para las autoridades locales y nacionales.

Descripción de la problemática en Bogotá

Según estadísticas del Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial, en Bogotá hay un déficit de vivienda cercano a los 300,000 hogares. Cifra que presenta un comportamiento creciente dado el aumento en el número de personas que llegan a radicarse a la ciudad anualmente. Esta situación es particularmente alarmante al tener en cuenta que un porcentaje importante de dichas personas son colombianos, de escasos recursos, víctimas de los distintos tipos de desplazamiento que se dan en nuestro país.

Sin embargo, la problemática de vivienda en Bogotá no se limita al déficit en unidades habitacionales. Según estudios de la Universidad de los Andes la calidad de la Vivienda de Interés Social (VIS) que se está construyendo en el Distrito no es la apropiada (los materiales utilizados son inadecuados y el tamaño de los lotes destinados para este fin se ha reducido a 54 m2). La situación presenta además un escenario que se agudiza dado el alto número de asentamientos ilegales (la mayoría de éstos en zonas de alto riesgo, no mitigable) y de viviendas sin título y sin licencia en la ciudad.

Se estima que son más de 10,000 viviendas las que actualmente están ubicadas en zonas de alto riesgo y que por tal motivo deben ser objeto de reubicación. En este sentido, la relocalización de estos hogares debería ser una prioridad para el gobierno local. No obstante esta contundente evidencia, la actual administración a través del plan sectorial Hábitat Positiva sólo tiene programado el reasentamiento de aproximadamente 4,500 familias.

Por otro lado, según el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional, a partir del año 2000 el 60% de la vivienda construida en Bogotá ha correspondido a construcciones clasificadas como de interés social. A pesar de dicha distribución porcentual, esta estadística no necesariamente representa que la orientación del proceso haya sido la más apropiada. Quizás la razón principal para sustentar esta afirmación es que la mayoría de estos proyectos habitacionales generados en este período de tiempo, no estuvieron orientados a soluciones de Vivienda de Interés Prioritario (VIP). Tan solo el 22% del total de viviendas construidas corresponden a esta categoría (Tipo 1 y Tipo 2), mientras que el 17% y 21% del total de viviendas nuevas estaban clasificadas como Tipo 3 y Tipo 4 respectivamente1.

Lo anterior significa que no se está dando solución a las familias con más necesidades y de menor poder adquisitivo. En este contexto, la evidencia es suficiente para concluir que la política de vivienda de interés social a nivel nacional y distrital en las últimas décadas viene siendo
ineficiente.

El fenómeno de vivienda propia es otra situación característica de la problemática de vivienda en Bogotá. Mientras en los estratos altos el 74% de las personas habitan en vivienda de su posesión, en estratos medios y bajos ese porcentaje se reduce al 53%. Lo que repercute en que la condición de desigualdad en niveles de vida de los ciudadanos sea más dramática ya que los hogares de estratos medios y bajos incurren en costos de vivienda (v.g., arriendo) mayores que los estratos altos (contando además con menores recursos para cubrir esos gastos).

Pronunciamientos

- Vivienda de interés social y de interés prioritario. Los programas de generación de nueva vivienda en Bogotá deben estar orientados a la construcción de VIP Tipo 1 (precio menor a los 25 millones de pesos) y Tipo 2 (precio entre los 25 y los 35 millones de pesos). Se estima que desde el año 2000 solamente el 6% de las construcciones nuevas en la ciudad corresponde a VIP Tipo 1, subestimando las necesidades de las personas más necesitadas.

Asimismo, la producción de VIS debe ampliarse a otras localidades de la Bogotá. Según uninforme de la Cámara de Comercio en el 2008 se generaron proyectos de VIS en 11 de las 20 localidades de la ciudad. Sin embargo, el 68% de las construcciones estuvieron concentradas en las localidades de Bosa y Kennedy, mientras que la producción de este tipo de viviendas en localidades como Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe y San Cristóbal representó menos del 2% del total.

- Infraestructura, servicios públicos y equipamientos. No se trata simplemente de incrementar la oferta de vivienda en la ciudad. Una política de construcción de nueva vivienda debe integrar las condiciones que garanticen una completa cobertura en servicios públicos (acueducto, alcantarillado, energía eléctrica y recolección de basuras). De la misma forma, se debe garantizar la infraestructura correspondiente a equipamientos para la recreación y el sano esparcimiento (e.d., parques, zonas verdes, alamedas), así como las vías de acceso.

De esta manera, los nuevos proyectos orientados a la reducción del déficit de unidades habitacionales en la ciudad no serán solamente soluciones de vivienda para las personas, sino también, una oportunidad de mejorar la calidad de vida de sus residentes. Así, la política de vivienda para el Distrito debe incluir incentivos para la generación de proyectos de renovación urbana.

- Vivienda propia para los ciudadanos: En la medida en que se generen mecanismos que faciliten a los ciudadanos la adquisición de vivienda propia se estará aportando a la disminución de la brecha de desigualdad social en la ciudad. En definitiva dichos mecanismos deben contemplar estrategias orientadas para que las personas de menores recursos sean propietarios.

Un elemento importante en la consecución de este objetivo es el lograr equilibrar los costos de la vivienda en la ciudad de tal forma que los precios no estén por encima de la capacidad económica de los ciudadanos. Igualmente, es necesario explorar alternativas diferentes a los créditos bancarios para que el usuario pueda adquirir su vivienda y trabajar en el diseño de iniciativas sociales orientadas a mejorar la capacidad de pago de las familias.

- Construcción sostenible: Hasta ahora la política de construcción en nacional y distrital se ha centrado en garantizar aspectos financieros, dejando de lado componentes esenciales en el propósito de generar una verdadera política de vivienda tales como el medio ambiente y la salud y calidad de vida de los residentes. De esta forma, es imperante resaltar que la problemática de vivienda en Bogotá no depende únicamente de una política de promoción económica, sino también de una política social.

En ese sentido la construcción sostenible se convierte en un tema vigente y de especial interés. La construcción sostenible es un concepto que busca la implementación de procesos constructivos y proyectos integrales que permitan reducir los impactos de la construcción sobre el medio ambiente, mejorar la calidad de vida de las comunidades y salud de los usuarios.

Es así como en el momento de generar una política de vivienda para la ciudad es necesario garantizar que se cumplan unas normas mínimas de sostenibilidad. Dicha normativa permitirá que las nuevas iniciativas para construir VIS y VIP sean proyectos novedosos, más eficientes financiera y ambientalmente, y comprometidos con la calidad de vida de los residentes.

Bajo estas premisas, las instituciones locales y nacionales deben trabajar de manera conjunta para que a través de la construcción sostenible se optimicen los recursos económicos y ambientales en propuestas de interés sociales. De este modo, el acceso a nuevas viviendas en Bogotá será un proceso equitativo para todos los ciudadanos, quienes independiente de su condición social y económica podrán acceder a un lugar digno donde vivir.


1 Definición según precio de la vivienda: VIP – Tipo 1: menos de 25 millones de pesos; Tipo 2: entre 25 y 35
millones de pesos. VIS – Tipo 3: entre 35 y 50 millones de pesos; Tipo 4: entre 50 y 67 millones de pesos.


Referencias
- El Compromiso con la Calidad, una Oportunidad para la Vivienda Social: Calidad de la Vivienda Nueva
en Bogotá. Grupo de Investigación en Vivienda (GIV), Universidad de los Andes. Bogotá, 2009.
- Bogotá Cómo Vamos, Vivienda. Cámara de Comercio de Bogotá. 2009.
- Política de Vivienda en Bogotá Positiva. Secretaría Distrital del Hábitat. Alcaldía Mayor de Bogotá.
2009.
- Perfil social de Bogotá 2008. Cámara de Comercio de Bogotá y Fedesarrollo, 2009. ISBN: 978-958-
688-275-0.
- Pinilla, L. y Behrentz, E. Construcción Sostenible en Colombia. Universidad de los Andes. Bogotá,
2010.
- Evolución y Perspectivas de la Vivienda de Interés Social en Bogotá. Camacol Bogotá y Cundinamarca.
Bogotá, 2009.
- Maldonado, M. M. Instituto de Estudios Urbanos, Universidad Nacional. Presentación en foro: Crisis y
en la Vivienda Social: Retos y Alternativas. Bogotá, 2009.

viernes, 30 de abril de 2010

Los cráteres en la carrera 6ª entre calles 45 y 46


La semana pasada quise coger la calle 45 hacia el occidente por el sector de la Universidad Javeriana, pero me llevé una sorpresa de gran tamaño: un cráter de unos 5 metros de diámetro, nos impidió el paso por la carrera 6ª.

De inmediato me bajé del vehiculo y tomé varias fotografías que luego envíe, junto con un oficio, a la Unidad de Mantenimiento Vial del Distrito, al Idipron y al IDU, para que la vía sea intervenida lo más rápido posible.

Ustedes se preguntarán ¿por qué la preocupación por esta calle si la ciudad esta llena de huecos? La respuesta es solo una: Mi preocupación por el peatón.

Dado el mal estado de la calle los vehículos particulares, de servicio público y buses escolares, entre otros están utilizando el andén poniendo en riesgo a los miles de peatones que transitan por esta importante zona residencial y universitaria.

Pero mi trabajo no se ha quedado en este caso, a la fecha he denunciado ante las autoridades, más de 100 fallas, aberturas, hendiduras del asfalto y cemento de calles, avenidas y carreras de la capital. La reacción de las entidades es eficaz, puesto que las fotografías y videos que anexamos son reales y muestran la magnitud de la problemática.

Por eso hoy, a través de este, mi espacio en blogger, quiero hacer un llamado a toda la ciudadanía afectada para que me envíen sus fotos y videos de vías en mal estado que impiden la movilidad en Bogotá. Escríbeme a dluna@davidluna.com.co y de alguna forma buscaremos una solución.

jueves, 22 de abril de 2010

Reconocimiento público al trabajo de la policía de Bogotá

Quiero hacer hoy un reconocimiento público al esfuerzo, trabajo, constancia y tenacidad de los agentes de Policía que a diario patrullan las calles capitalinas para protegernos de cualquier acto delictivo que atente contra nuestra integridad personal.
Esta declaración la hago gracias a que un bogotano me escribió al correo electrónico, en donde me narró una historia como sacada de una película. El fue secuestrado con su novia por una temible banda dedicada el paseo millonario en el sector de San José de Bavaria en la localidad de Suba.
En su correo decía “Nos advirtieron que era un asalto y que debíamos colaborarles para entregarles todo: dinero, joyas, tarjetas de crédito para liberarnos lo antes posible y así dejarnos en paz” dice la misiva. La oportuna denuncia del ciudadano, y la constancia de los agentes de Policía que no dudaron un segundo, en hacer seguimientos y operativos en la zona, llevaron a que en la segunda semana de marzo fuera recuperado el vehículo robado.
Fue capturada una persona que conducía el vehículo, quien tiene varias órdenes de arresto y se encontraba armado, al parecer el presunto delincuente estaba utilizando el carro hurtado en distintos actos delictivos.
Al conocer esta historia, emití una carta de reconocimiento público al General César Augusto Pinzón Arana, Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, felicitándolo a él y a cada uno de los agentes de la Policía y de la SIJIN que participaron en los rastreos y búsquedas que dieron con la captura de esta peligrosa banda de delincuentes dedicados al paseo millonario en Suba.

miércoles, 14 de abril de 2010

Pronunciamiento sobre violencia urbana en ciudades - caso Bogotá

La violencia urbana entendida como un conjunto de conflictos, conductas ilegales y situaciones delincuenciales presentes en un centro urbano es, hoy en día, uno de los mayores desafíos para las instituciones de las grandes ciudades del mundo. En este sentido, la violencia urbana se constituye en la principal causa de la imposibilidad de las ciudades para ofrecer una efectiva seguridad pública.

Descripción de la problemática en Bogotá

Según estadísticas para el Distrito, las principales manifestaciones de violencia urbana en Bogotá son los homicidios, el hurto, tráfico de estupefacientes y disputas callejeras. Se entiende que son diversas las causas que llevan a la masificación de hechos generadores de violencia en la ciudad, todas éstas ligadas necesariamente a factores sociales.
En Bogotá según cifras recientes del Observatorio de Seguridad de la Cámara de Comercio y Medicina Legal hay una tasa de homicidio cercana a los 20 casos por cada 100,000 habitantes. Esta cifra es menor que la documentada para otras ciudades principales de Colombia tales como Cali (67), Medellín (47) y Barranquilla (29). Sin embargo, la tasa de homicidios en Bogotá es mayor que la reportada para otras grandes ciudades latinoamericanas como Ciudad de México(18), Lima (10), Buenos Aires (5) y Santiago de Chile (3).
En este sentido es importante destacar como el número de casos de homicidios en Bogotá presentó un aumento durante los años 2007 a 2009 (último año de la anterior administración local y dos primeros años del actual gobierno). Específicamente, según cifras del Instituto de Medicina Legal, se pasó de 1,336 casos de homicidio registrados en el año 2006 a 1,465 casos en el año 2008. En el primer semestre del año 2009 ya se habían presentado 74 casos de homicidio más que en el mismo período para el año 2008.
Otro indicador determinante de la situación de violencia es el número de hurtos que se presentan en la ciudad. La tasa de hurto a personas en Bogotá es de 145 por cada 100,000, asimismo las tasas de hurto a residencia y hurto a vehículos son 50 y 38 casos por cada 100,000 habitantes respectivamente.
Consecuente con estas cifras, la última encuesta sobre victimización en la ciudad reporta que el 37% de los bogotanos expresaron haber sido (ellos o algún familiar) víctimas de algún delito. Igualmente, el programa “Bogotá Cómo Vamos” en su última encuesta de percepción ciudadana (2009) reportó estadísticas donde más del 40% de los ciudadanos no se sienten seguros en Bogotá. Este indicador aumentó considerablemente (18 puntos porcentuales) con respecto a esta misma medición en el año 2008. Asimismo, la encuesta mencionada anteriormente sobre victimización en la ciudad reporta que el 58% de los bogotanos consideran que la inseguridad ha aumento en la ciudad.
Una característica que sustenta la situación de violencia urbana en Bogotá es el hecho de que no se hace un seguimiento estricto a la prevención, control y castigo de hechos delictivos menores en la ciudad. Condición que es generadora de un escenario donde son comunes las actividades ilegales.

Pronunciamientos

- Garantizar la legalidad. Es necesario trabajar en Bogotá en mantener la legalidad como un elemento fundamental del desarrollo de la ciudad. Las pretensiones de ciudad competitiva en la región para Bogotá deben estar reforzadas con estrictos controles preventivos de la ilegalidad. De esta manera hay que prestar especial atención a las situaciones de seguridad consideradas menores ya que dichos hechos son un elemento generador de crímenes más graves. En este sentido las autoridades deben fortalecer su pie de fuerza (orientado a un personal formado y experimentado y a una mejor capacidad de inteligencia) y apoyado en mecanismos tecnológicos (v.g., circuitos con cámaras de video).

- Institucionalidad y empoderamiento de la problemática por parte los ciudadanos. Hay que empoderar al ciudadano de la problemática de seguridad en Bogotá. Esta posición se logra en la medida en que los ciudadanos sean más solidarios pero además, cuando se despierte en los bogotanos la confianza en sus instituciones. Durante el año 2009 se estima que solo el 34% de las víctimas de algún delito en la ciudad denunciaron el hecho ante las autoridades (la principal razón por la que no se denuncian los hechos delictivos fue la falta de confianza en la autoridad).
De esta manera, las campañas por parte de las autoridades para divulgar programas distritales en materia de seguridad son fundamentales y necesarias. De los más de diez actuales programas institucionales en seguridad, solamente la línea de atención de emergencias es conocida por más del 30% de los bogotanos.

- Educación. El nivel de escolaridad de los ciudadanos en Bogotá está relacionado con la posibilidad de ser víctima de una muerte violenta. Las cifras de homicidios para la ciudad muestran como cerca del 50% de las víctimas de homicidio en Bogotá tiene la primaria como grado máximo de escolaridad y aproximadamente el 40% contaba como grado máximo de educación la secundaria.
La anterior evidencia sugiere que el acceso a la educación es un elemento determinante de la violencia urbana. Son necesarias campañas para disminuir la deserción escolar, así como garantizar que toda la población en edad escolar pueda terminar por lo menos sus estudios secundarios.
En este sentido y siendo consecuentes con el pronunciamiento sobre el empoderamiento de la problemática por parte de los ciudadanos, es importante retomar los esfuerzos en la generación de proceso orientados a devolver los bogotanos una cultura ciudadana. Este importante elemento autoregulador de la sociedad, disipó su rumbo a tal punto que hoy parece ser ajeno a los habitantes de Bogotá (esto a pesar de la voluntad de las administraciones locales pasadas con la que se construyeron grandes logros en el tema).

- Regulación y control sobre el porte de armas. El control sobre el porte de armas debe ser riguroso, nadie debe portar de manera ilegal un arma en Bogotá. Según cifras de medicina legal el 60% de los homicidios en la ciudad son cometidos con armas de fuego y aproximadamente el 30% con armas cortopunzantes. Campañas de desarme voluntario son necesarias constantemente en todas las localidades de la ciudad. Asimismo, el control por parte de las autoridades en especial en zonas de alta afluencia de público y barrios con presencia de grupos juveniles violentos.

- Infraestructura y equipamientos urbanos. La ciudad debe tener una política clara en cuanto al mantenimiento óptimo de su infraestructura orientada a la seguridad de sus ciudadanos. Equipamientos urbanos sin mantenimiento o en mal funcionamiento con escenarios que propician la ilegalidad (v.g., espacios para el tráfico de estupefacientes). Un caso específico es el alumbrado público. El garantizar una correcta operación de este servicio básico es un elemento que aporta a la percepción de seguridad por parte de los bogotanos (más del 50% de los delitos en la ciudad se ejecutan en calles y avenidas).

- Calidad de vida. La inseguridad considerada como un factor que disminuye la calidad de vida en las ciudades. De manera general es necesaria la definición e implementación de nuevas políticas de planificación y gestión urbana ligadas al componente de seguridad que busquen el bienestar para todos los ciudadanos. Este escenario requiere de una legislación actualizada que normalice y garantice un sistema de vigilancia, control y justicia exitosos.

De esta forma, iniciativas como el nuevo Código Nacional de Convivencia y Policía y la nueva Ley de Pequeñas Causas deben ser concertadas y aprobadas para que puedan servir como herramienta a las autoridades locales y nacionales en su intención de detener el progreso del fenómeno de violencia urbana.


Referencias
- Observatorio de Seguridad No. 37. Cámara de Comercio de Bogotá. 2009.
- Encuesta de Percepción y Victimización, Bogotá y las Localidades. Cámara de Comercio de Bogotá. 2010.
- Boletín de Estadísticas del Sector Gobierno - Seguridad y Convivencia. Secretaría de Gobierno. Alcaldía Mayor de Bogotá. 2009.
- Bogotá Cómo Vamos?. Cámara de Comercio de Bogotá. 2009.
- Márquez, Juan C. y Eduardo Behrentz. Debilidad Institucional y Aceptación de la Ilegalidad: El Caso de la Permisividad Policial en el Control de las Infracciones de Tránsito en Bogotá. Universidad de los Andes. 2009.
- Visitas y entrevistas personales en las localidades de San Cristóbal, Suba, Kennedy, Bosa, Rafael Uribe Uribe, Ciudad Bolívar.

lunes, 12 de abril de 2010

Sobre el centro de Bogotá

A diario, cuando me desplazo hacia el centro para llegar a mi oficina del Congreso de la República, encuentro un panorama desolador en distintos puntos. Observo que abunda el desorden, la basura en los andenes, hay caos en movilidad e inseguridad entre otros problemas.
Pero esta mirada que podría ser considerada muy subjetiva es compartida por más de 200 mil habitantes del centro que sienten que han sido olvidados por la Administración Distrital. Para ellos no es entendible como se iniciaron obras por la décima sin prever los problemas de tráfico que hay en el sector.
Por ejemplo, los viernes en horas de la tarde es imposible llegar y salir en vehículo, los trancones son interminables y a esto se suma otros serios problemas del sector como son: la inseguridad que ronda la avenida Caracas, la calle 19 y la carrera 10, la prostitución callejera que se tomó los barrios Alameda y La Capuchina, la invasión del espacio público abunda en la carrera 7ª, el auge de habitantes de la calle y el uso desmedido del suelo que se tomó a La Candelaria.
No debemos olvidar que el centro congrega a más de un millón de personas a diario, quienes llegan a las 20 universidades que existen, 15 colegios, igual número de hoteles, museos, iglesias y centros comerciales, es el epicentro de nuestra ciudad.
Tras este panorama desolador, a través de un encuentro comunitario, hice un llamado urgente al gobierno distrital para que se formule un plan de salvamento del centro que es nuestra historia. Por su parte el Secretario Distrital de Gobierno encargado, Andrés Restrepo, se comprometió a escuchar y recoger las distintas problemáticas de estos ciudadanos.
Esperamos que los compromisos no se queden en el papel, que este importante sector de nuestra ciudad se convierta en un lugar de mostrar y de vivir lo lindo, histórico y llamativo de nuestra Bogotá.