lunes, 24 de mayo de 2010

No más contaminación por ruido en Bogotá

El ruido, entendido como cualquier sonido no deseado o potencialmente dañino para la salud de las personas, es hoy en día considerado como uno de los principales problemas ambientales de los centros urbanos. La problemática de contaminación auditiva se manifiesta además como una consecuencia del crecimiento urbano y económico de las ciudades afectado directamente la calidad de vida de sus habitantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asociado la exposición a elevados niveles de ruido con afecciones en la salud de las personas, incluidos cambios de comportamiento, irritabilidad y estrés.


Descripción del problema en Bogotá

Las autoridades ambientales locales han logrado identificar que la principal fuente de ruido en la ciudad es el tráfico vehicular. Sin embargo se reconocen otras fuentes de emisión importantes tales como actividades comerciales, actividades industriales y de construcción, el perifoneo y el tráfico aéreo. No obstante, a nivel distrital la información que se tiene sobre el diagnóstico de esta problemática ambiental es todavía muy somera.

En el año 2005 la Personería de Bogotá elaboró un informe de control institucional a la contaminación auditiva. En dicho informe se documentó información relacionada con el número de quejas por ruido instauradas ante las distintas alcaldías locales. A partir de este indicador se concluyó que las localidades de Suba, Engativá y Kennedy eran las más afectadas por situaciones de altos niveles de ruido.

La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) ha llevado a cabo distintos proyectos para la generación de mapas de ruido en la ciudad. Una primera aproximación se realizó en convenio con la Universidad Incca de Colombia y consistió en el desarrollo de este tipo de mapas para las localidades de Fontibón, Engativá, Santa Fé, Kennedy y Puente Aranda. En dicho ejercicio se consiguió además georeferenciar las principales fuentes generadoras de ruido. En el año 2009 estos mapas fueron actualizados para cinco de las localidades más afectadas por esta problemática y según el Observatorio Ambiental de la ciudad se estima que para el año 2010 se realicen otros cuatro mapas de ruido adicionales.

Un estudio recientemente publicado por la Universidad de los Andes determinó los niveles de presión sonora en diferentes espacios de la ciudad, clasificados tal como lo indica la normativa nacional (Resolución 627 de 2006). Según los resultados de este ejercicio los niveles de ruido ambiental encontrados en la ciudad superaron los valores límite nacionales en el 75 % de las pruebas. Este fue el caso incluso para cuando se evaluaron inmediaciones de sectores tales como parques y hospitales.

Este mismo estudio documentó el ruido producido por el tráfico vehicular en tres importantes corredores viales de la capital (Avenida Circunvalar, Avenida Carrera 30 y Carrera Séptima). Los resultados demuestran que los ciudadanos están expuestos a niveles de ruido que superan los 75 decibeles en inmediaciones de las vías caracterizadas. Estos niveles de contaminación auditiva están por encima de los valores referencia considerados por la OMS como nocivos para la salud de las personas.

Los ciudadanos bogotanos son conscientes de esta problemática y la están sintiendo. Es así como en la última encuesta de percepción ciudadana del programa “Bogotá Cómo Vamos”, el 75% de las personas reconocieron que la contaminación por ruido en la ciudad está afectando de alguna forma su salud o la de su familia. En este sentido, el número de quejas por ruido (ingresadas a la SDA) sigue siendo del orden de varios miles de casos por año (5,200 quejas en el año 2008).

Una situación realmente preocupante son los altos niveles de ruido que se perciben en los barrios contiguos al Aeropuerto El Dorado. Dicha problemática, ampliamente conocida por las autoridades locales, es causante de un notorio deterioro en la calidad de vida de los residentes de zonas aledañas al terminal aéreo. Estas personas inquietas por su situación (que además involucra la desvalorización de sus predios), se han manifestado en varias ocasiones con el ánimo de exigir al Distrito mayor control sobre las emisiones causadas por el aeropuerto, así como la formulación de estrategias de mitigación.

La administración local a través de la campaña de sensibilización “no más ruido, cambiándole la cara a Bogotá” logró despertar inquietudes en los bogotanos sobre la situación de contaminación auditiva. Asimismo, en el último año se iniciaron acciones encaminadas a reducir los niveles de ruido en la ciudad y se puso en operación la unidad móvil de control de ruido. Sin embargo, es aún mucho lo que falta por hacer técnica, política y culturalmente para realmente mejorar las condiciones de esta problemática de contaminación urbana. Solo serán realmente efectivas las intervenciones que lleguen a tener un impacto significativo sobre la calidad de vida de todos los bogotanos.


Entonces, ¿qué hacer y qué proponer?

A pesar de la relativa poca evidencia técnica con la que cuenta el Distrito es posible afirmar que Bogotá afronta un serio problema de contaminación auditiva. Esta situación, que meceré toda la atención de las autoridades distritales y de la ciudadanía, debe ser mejor documentada. Es necesario articular esfuerzos entre las autoridades distritales y las alcaldías locales que permitan generar una estrategia de control y mitigación de los efectos negativos generados por el exceso de ruido. Esta estrategia debe estar orientada a partir de los siguientes frentes de acción:

Caracterización del problema. Es determinante conocer cuál es la verdadera situación de contaminación auditiva en la ciudad. Una correcta caracterización de la problemática no sólo depende de la cantidad de información que se tenga sino también de la calidad de ésta. En este sentido, las autoridades distritales y alcaldías locales deben aumentar el número de instrumentos de medición de última tecnología. Además, deben conformar equipos de trabajo con personal capacitado en el manejo de estos equipos y en la correcta interpretación de la información, para de esta manera garantizar un diagnóstico acertado. Una de las críticas que ha hecho la Personería de Bogotá a la SDA y a las distintas administraciones locales es la falta de equipos y personal técnico idóneo para hacer un diagnóstico y control efectivo de esta problemática.

Se deben generar mapas de ruido para la totalidad de las localidades del Distrito. Este instrumento es una herramienta muy útil para cuantificar la magnitud del problema, para identificar las principales fuentes de emisión por zonas de la ciudad y para poder desarrollar programas preventivos, correctivos y de seguimiento. Estos documentos, que deben ser actualizados constantemente, pueden ser utilizados como soporte para la elaboración de nuevos planes de ordenamiento territorial.

Cultura ciudadana. Una política de reducción de ruido en un centro urbano solo puede establecerse si se tiene un diagnóstico adecuado de la situación y si las autoridades y la comunidad son lo suficientemente conscientes del problema. En este sentido, es preciso recuperar las nociones de cultura ciudadana cada vez más ajenas para la mayoría de los bogotanos. Son necesarias continuas campañas de educación y sensibilización que inviten al ciudadano del común a cambiar varias de las conductas de su rutina diaria (v.g., uso frecuente del pito de su vehículo, mejora de patrones con conducción, volúmenes adecuados en fiestas en residencias).

Un escenario de cultura ciudadana en Bogotá involucra también a los comerciantes (los cuales generan el 60% de las quejas por ruido en la ciudad), a quienes a través de un proceso de acompañamiento por parte de las autoridades se les debe invitar a la autorregulación. Un tipo de iniciativas que puede ser tomada como punto de partida fue la firma del Pacto de Seguridad y Convivencia de la Zona Rosa en la Localidad de Chapinero. Este pacto fue una invitación a residentes, comerciantes y las autoridades de la zona para ejercer un autocontrol sobre los niveles de ruido (que en la localidad pasaron de ser una situación ambiental a convertirse en una problemática social).

Planeación urbana. El objetivo de convertir a Bogotá en una ciudad más competitiva demanda una planeación urbana cada vez más elaborada. Es necesario un estricto control sobre el uso del suelo de tal forma que nuevas urbanizaciones, centros educativos y hospitales estén a una distancia considerable de las principales vías de mayor flujo vehicular en la ciudad. Asimismo, este control sobre el uso del suelo debe garantizar la no presencia de establecimientos nocturnos en zonas residenciales.

A través de una adecuada planeación urbana se debe considerar también el uso de algunas barreras físicas para mitigar los efectos negativos del ruido en las zonas donde éste es más crítico (en especial en inmediaciones de vías principales). Estas barreras pueden ser vegetación alta y espesa que ayude a reducir el ruido pero también armonicen el paisaje y reduzcan la sensación de molestia al estar cerca una gran autopista, por ejemplo. También se pueden contemplar iniciativas como la propuesta de construcción de un parque lineal paralelo a la pista sur del Aeropuerto el Dorado. Este parque, además de las posibilidades ambientales y de esparcimiento que podría ofrecer, representaría una barrera natural mitigadora del ruido en la localidad de Fontibón.

Una estrategia que involucre un completo diagnóstico de la problemática, educación y cultura ciudadana y elementos de planeación urbana será una alternativa acertada para reducir los elevados niveles de ruido en Bogotá. Más importante, es una alternativa para mejorar notablemente la calidad de vida de los ciudadanos y se convertirá en un mecanismo para promover una ciudad más digna y más competitiva.


Referencias


Alcaldía Mayor de Bogotá (2010). Observatorio Ambiental de Bogotá. Secretaría Distrital de Ambiente.

Cámara de Comercio de Bogotá (2010). Bogotá Cómo Vamos 2009: encuesta de percepción ciudadana. Disponible en: http://www.bogotacomovamos.org/datos/AE_14_Bogota_Como_Vamos_2009.pdf

Deutsche Gesselschaft fur Technishe Zussammenarbeit - GTZ (2002). Texto de Referencia para la Formulación de Políticas en Países en Vías de Desarrollo. Módulo 5C: Ruido y su Mitigación. Alemania. Disponible en: http://www.cleanairnet.org/lac/1471/article-58289.html

Organización Panamericana de la Salud-OPS (2009). Análisis del Perfil de Salud Urbana en Bogotá. Fundación Ciudad Humana, Bogotá.

Pacheco, J., Franco, J.F. y Behrentz, E. Caracterización de los Niveles de Contaminación Auditiva en Bogotá: Estudio Piloto. Revista Ingeniería Universidad de los Andes. No. 30, 72-80.

Personería de Bogotá (2006). El Ruido Ensordece a Bogotá. Disponible en: http://www.personeriabogota.gov.co/?idcategoria=993

Personería de Bogotá (2005). Veeduría Temática, Control Institucional a la Contaminación Auditiva en Bogotá. Personería delegada para el medio ambiente y desarrollo urbano. Reporte Institucional.

Velez, L.M. y Espinosa, G.J. (2008). Afectación de la Contaminación por Ruido en el Desarrollo Urbano. VII Seminario Nacional de Investigación Urbano Regional. Medellín.

lunes, 17 de mayo de 2010

De Bogotá D.C. a Bogotá Wi-Fi

La diferencia entre las sociedades ricas, en continuo crecimiento, y las pobres, que tienen un gran retraso, es el rezago tecnológico. Está claro que, cuando un país hace un esfuerzo decidido y continuo para otorgarles herramientas de conocimiento a sus ciudadanos, está asegurando un presente y un futuro mucho más sólido, pues les permite ponerse “al día” frente a su preparación académica y profesional.

Esta es una apuesta que, tanto los Estados como los gobiernos locales, deben empezar a adoptar; pues es aquí donde el capital humano genera riqueza social y crecimiento económico. No obstante, los costos en el acceso a Internet siguen siendo escandalosamente altos a pesar de que hay mayor regulación en la oferta y hay más competidores en el mercado.

Uno de mis sueños y será uno de mis proyectos para la Alcaldía Mayor de Bogotá es que la ciudad cuente con un acceso ilimitado a Internet y a todos los servicios de información, para que los habitantes de todas las zonas de la ciudad puedan conocer de primera mano qué es lo que está pasando en el mundo, en tiempo real.

Esta no es una idea descabellada, poco a poco en diferentes partes del mundo gracias a la unión y esfuerzo de los sectores público y privado es posible ofrecerles este servicio a los ciudadanos “de a pie”.

En efecto, existe una clasificación de las Ciudades Digitales que se hace con base en las facilidades en el acceso a Internet, que se diferencian entre Ciudades Digitales con ánimo de lucro -creadas por compañías privadas para una labor comercial. Este tipo de ciudades prima en E.E.U.U.-; las Ciudades Digitales sin ánimo de lucro, que son creadas por iniciativas de los ciudadanos o de administraciones públicas con fines específicos, las cuales han tenido enorme auge en Asia.

Y las Ciudades Digitales Mixtas, que son aquellas que tienen una parte de iniciativa pública y otra parte de iniciativa privada; y, por lo tanto, tienen varios servicios con o sin ánimo de lucro. Este modelo, en particular, garantiza la sostenibilidad financiera a los prestadores del servicio y, a la vez, busca que los ciudadanos puedan acceder a la información.

En las grandes metrópolis como Nueva York, Paris, Londres, Berlín o Beijing, por citar algunas, cuentan con “Hot Spots” (en español podría traducirse como “puntos calientes”), los cuales le permiten a los habitantes conectarse a Internet de manera gratuita o pagando un pequeño porcentaje por el tiempo utilizado.

En Suramérica hay casos interesantes en Santiago de Chile y Rio de Janeiro. En la capital chilena hoy existen varios “Hot Spots” en donde hay servicio de conexión de forma gratuita y en Río de Janeiro el servicio de Internet ya se ofrece en las favelas de Doña Marta y Ciudad de Dios, dos de las zonas más pobladas y deprimidas de la ciudad; próximamente, los cerca de 60.000 habitantes de la favela de Rocinha –el barrio más pobre de Brasil- tendrá acceso al Wi-Fi. Y, en breve, será extendido a toda la Baixada Fluminense, que es el conjunto de municipios en la periferia de la región metropolitana de Río de Janeiro en el que viven cerca de 2,5 millones de personas.

Aquí, los números lo dicen todo: el gobierno local tiene reservados 4, 5 millones de reales (unos 2,3 millones de dólares) para extender la señal a todos los suburbios de Río de Janeiro. Sin embargo, en esta iniciativa también participan la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ); y la Universidad privada Pontificia Universidad Católica (PUC), que desarrolló la tecnología para ofrecer internet en la favela de Ciudad de Dios.

Estos ejemplos nos demuestran que el servicio de Ciudad Digital debe estar enfocado en las necesidades de su población –más que todo a la que, por razones económicas, no puede acceder a éste-; por lo cual se puede establecer una alianza entre los gobiernos locales con asociaciones comunitarias; las bibliotecas; las universidades públicas y privadas, y el sector empresarial. Por otra parte, debe haber una empresa de telecomunicaciones que asuma la adquisición de máquinas; las licencias de software; las líneas de comunicaciones y que se responsabilice por la ampliación del servicio.

Nuestro sueño y prioridad es implementar un modelo mixto de Ciudad Digital, a través de la prestación del servicio de forma gratuita inicialmente en las localidades más marginadas -por ejemplo, Ciudad Bolívar, Bosa o Usme- con el fin de que los colegios y demás entidades educativas y comerciales del sector tengan acceso gratuito al servicio de Internet. Como parte integral de nuestro sueño, está también el poder brindar contenido gratuito de tipo cultural, académico y de gobierno en línea, entre otros, a los usuarios. De nada sirve a una población el estar altamente conectada si no obtiene los beneficios de un contenido útil en la red.

El servicio de Wi-Fi también debe implementar en sectores de la ciudad con mayor movimiento comercial y económico, en estos sitios se podrían establecer tarifas razonables para el acceso a Internet inalámbrico, como en el Centro Financiero de la calle 72; o en la zona empresarial comercial del Salitre.

Bogotá debe avanzar y estar a la altura de muchas ciudades. Es inaudito y no podemos permitir que nuestros niños, jóvenes y ancianos no cuenten con acceso libre y permanente a la red de información, y que los siga “atropellando” la tecnología, al no existir mecanismos que incentiven su uso.

lunes, 10 de mayo de 2010

¿En dónde están los recursos de la valorización?

En el año de 2005 el Concejo de Bogotá autorizó al Distrito, mediante el Acuerdo No. 180, el cobro de la valorización a 300 mil ciudadanos. Con esta contribución se esperaba recaudar 2,1 billones de pesos, destinados a 137 obras que se ejecutarían en cuatro fases (de 2007 a 2015). Hoy, después de 2 años, los bogotanos no sabemos ¿qué pasó con el dinero recaudado?, ¿cómo van las obras de la fase 1? y ¿cuál es el avance de las mismas?.

Frente a esta generalizada preocupación, el pasado 20 de abril, junto al Senador Juan Manuel Galán, citamos a un debate de control político al Alcalde Mayor, Samuel Moreno y al director del Instituto de Desarrollo Urbano –IDU- Nestor Eugenio Martínez para que respondieran por los 607 mil millones de pesos que los bogotanos pagaron por concepto del cobro de la valorización para construir 36 obras en toda la ciudad de la fase 1.

Mientras el actual director del IDU, Néstor Eugenio Martínez, acudió de manera cumplida, el Alcalde Mayor, Samuel Moreno no asistió; por esta razón, tomamos la decisión de no adelantar el debate y buscaremos que sea la Corte Constitucional quien obligue al burgomaestre asistir al Congreso y que le ponga la cara a los ciudadanos con este tema.

Mi conclusión de este ejercicio es: si el primer mandatario bogotano, no asiste a un debate de esta índole, es porque el manejo que se le está dando a esa contribución, tiene el mismo trasfondo, de desinterés, desidia y apatía.

Alcalde: las obras de infraestructura de un país o una región, en este caso Bogotá, tienen relación directa con la productividad y competitividad internacional. Bogotá necesita avanzar en este aspecto.

lunes, 3 de mayo de 2010

Construir viviendas en Bogotá es posible

La vivienda y la posibilidad de acceso a ésta por parte de los ciudadanos es una propuesta clave en el proceso de integración social en un centro urbano. Una ciudad con un elevado déficit habitacional tiende a permanecer en una dinámica de exclusión e inequidad social. De este modo,la posibilidad de brindar una vivienda digna, que mejore las condiciones de calidad de vida de los ciudadanos, es un reto demándate para las autoridades locales y nacionales.

Descripción de la problemática en Bogotá

Según estadísticas del Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial, en Bogotá hay un déficit de vivienda cercano a los 300,000 hogares. Cifra que presenta un comportamiento creciente dado el aumento en el número de personas que llegan a radicarse a la ciudad anualmente. Esta situación es particularmente alarmante al tener en cuenta que un porcentaje importante de dichas personas son colombianos, de escasos recursos, víctimas de los distintos tipos de desplazamiento que se dan en nuestro país.

Sin embargo, la problemática de vivienda en Bogotá no se limita al déficit en unidades habitacionales. Según estudios de la Universidad de los Andes la calidad de la Vivienda de Interés Social (VIS) que se está construyendo en el Distrito no es la apropiada (los materiales utilizados son inadecuados y el tamaño de los lotes destinados para este fin se ha reducido a 54 m2). La situación presenta además un escenario que se agudiza dado el alto número de asentamientos ilegales (la mayoría de éstos en zonas de alto riesgo, no mitigable) y de viviendas sin título y sin licencia en la ciudad.

Se estima que son más de 10,000 viviendas las que actualmente están ubicadas en zonas de alto riesgo y que por tal motivo deben ser objeto de reubicación. En este sentido, la relocalización de estos hogares debería ser una prioridad para el gobierno local. No obstante esta contundente evidencia, la actual administración a través del plan sectorial Hábitat Positiva sólo tiene programado el reasentamiento de aproximadamente 4,500 familias.

Por otro lado, según el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional, a partir del año 2000 el 60% de la vivienda construida en Bogotá ha correspondido a construcciones clasificadas como de interés social. A pesar de dicha distribución porcentual, esta estadística no necesariamente representa que la orientación del proceso haya sido la más apropiada. Quizás la razón principal para sustentar esta afirmación es que la mayoría de estos proyectos habitacionales generados en este período de tiempo, no estuvieron orientados a soluciones de Vivienda de Interés Prioritario (VIP). Tan solo el 22% del total de viviendas construidas corresponden a esta categoría (Tipo 1 y Tipo 2), mientras que el 17% y 21% del total de viviendas nuevas estaban clasificadas como Tipo 3 y Tipo 4 respectivamente1.

Lo anterior significa que no se está dando solución a las familias con más necesidades y de menor poder adquisitivo. En este contexto, la evidencia es suficiente para concluir que la política de vivienda de interés social a nivel nacional y distrital en las últimas décadas viene siendo
ineficiente.

El fenómeno de vivienda propia es otra situación característica de la problemática de vivienda en Bogotá. Mientras en los estratos altos el 74% de las personas habitan en vivienda de su posesión, en estratos medios y bajos ese porcentaje se reduce al 53%. Lo que repercute en que la condición de desigualdad en niveles de vida de los ciudadanos sea más dramática ya que los hogares de estratos medios y bajos incurren en costos de vivienda (v.g., arriendo) mayores que los estratos altos (contando además con menores recursos para cubrir esos gastos).

Pronunciamientos

- Vivienda de interés social y de interés prioritario. Los programas de generación de nueva vivienda en Bogotá deben estar orientados a la construcción de VIP Tipo 1 (precio menor a los 25 millones de pesos) y Tipo 2 (precio entre los 25 y los 35 millones de pesos). Se estima que desde el año 2000 solamente el 6% de las construcciones nuevas en la ciudad corresponde a VIP Tipo 1, subestimando las necesidades de las personas más necesitadas.

Asimismo, la producción de VIS debe ampliarse a otras localidades de la Bogotá. Según uninforme de la Cámara de Comercio en el 2008 se generaron proyectos de VIS en 11 de las 20 localidades de la ciudad. Sin embargo, el 68% de las construcciones estuvieron concentradas en las localidades de Bosa y Kennedy, mientras que la producción de este tipo de viviendas en localidades como Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe y San Cristóbal representó menos del 2% del total.

- Infraestructura, servicios públicos y equipamientos. No se trata simplemente de incrementar la oferta de vivienda en la ciudad. Una política de construcción de nueva vivienda debe integrar las condiciones que garanticen una completa cobertura en servicios públicos (acueducto, alcantarillado, energía eléctrica y recolección de basuras). De la misma forma, se debe garantizar la infraestructura correspondiente a equipamientos para la recreación y el sano esparcimiento (e.d., parques, zonas verdes, alamedas), así como las vías de acceso.

De esta manera, los nuevos proyectos orientados a la reducción del déficit de unidades habitacionales en la ciudad no serán solamente soluciones de vivienda para las personas, sino también, una oportunidad de mejorar la calidad de vida de sus residentes. Así, la política de vivienda para el Distrito debe incluir incentivos para la generación de proyectos de renovación urbana.

- Vivienda propia para los ciudadanos: En la medida en que se generen mecanismos que faciliten a los ciudadanos la adquisición de vivienda propia se estará aportando a la disminución de la brecha de desigualdad social en la ciudad. En definitiva dichos mecanismos deben contemplar estrategias orientadas para que las personas de menores recursos sean propietarios.

Un elemento importante en la consecución de este objetivo es el lograr equilibrar los costos de la vivienda en la ciudad de tal forma que los precios no estén por encima de la capacidad económica de los ciudadanos. Igualmente, es necesario explorar alternativas diferentes a los créditos bancarios para que el usuario pueda adquirir su vivienda y trabajar en el diseño de iniciativas sociales orientadas a mejorar la capacidad de pago de las familias.

- Construcción sostenible: Hasta ahora la política de construcción en nacional y distrital se ha centrado en garantizar aspectos financieros, dejando de lado componentes esenciales en el propósito de generar una verdadera política de vivienda tales como el medio ambiente y la salud y calidad de vida de los residentes. De esta forma, es imperante resaltar que la problemática de vivienda en Bogotá no depende únicamente de una política de promoción económica, sino también de una política social.

En ese sentido la construcción sostenible se convierte en un tema vigente y de especial interés. La construcción sostenible es un concepto que busca la implementación de procesos constructivos y proyectos integrales que permitan reducir los impactos de la construcción sobre el medio ambiente, mejorar la calidad de vida de las comunidades y salud de los usuarios.

Es así como en el momento de generar una política de vivienda para la ciudad es necesario garantizar que se cumplan unas normas mínimas de sostenibilidad. Dicha normativa permitirá que las nuevas iniciativas para construir VIS y VIP sean proyectos novedosos, más eficientes financiera y ambientalmente, y comprometidos con la calidad de vida de los residentes.

Bajo estas premisas, las instituciones locales y nacionales deben trabajar de manera conjunta para que a través de la construcción sostenible se optimicen los recursos económicos y ambientales en propuestas de interés sociales. De este modo, el acceso a nuevas viviendas en Bogotá será un proceso equitativo para todos los ciudadanos, quienes independiente de su condición social y económica podrán acceder a un lugar digno donde vivir.


1 Definición según precio de la vivienda: VIP – Tipo 1: menos de 25 millones de pesos; Tipo 2: entre 25 y 35
millones de pesos. VIS – Tipo 3: entre 35 y 50 millones de pesos; Tipo 4: entre 50 y 67 millones de pesos.


Referencias
- El Compromiso con la Calidad, una Oportunidad para la Vivienda Social: Calidad de la Vivienda Nueva
en Bogotá. Grupo de Investigación en Vivienda (GIV), Universidad de los Andes. Bogotá, 2009.
- Bogotá Cómo Vamos, Vivienda. Cámara de Comercio de Bogotá. 2009.
- Política de Vivienda en Bogotá Positiva. Secretaría Distrital del Hábitat. Alcaldía Mayor de Bogotá.
2009.
- Perfil social de Bogotá 2008. Cámara de Comercio de Bogotá y Fedesarrollo, 2009. ISBN: 978-958-
688-275-0.
- Pinilla, L. y Behrentz, E. Construcción Sostenible en Colombia. Universidad de los Andes. Bogotá,
2010.
- Evolución y Perspectivas de la Vivienda de Interés Social en Bogotá. Camacol Bogotá y Cundinamarca.
Bogotá, 2009.
- Maldonado, M. M. Instituto de Estudios Urbanos, Universidad Nacional. Presentación en foro: Crisis y
en la Vivienda Social: Retos y Alternativas. Bogotá, 2009.