martes, 31 de agosto de 2010

La seguridad: más allá de dar papaya

En Bogotá llegamos al extremo en el que una vida humana vale lo que vale un teléfono celular. Suena cruel, pero es la realidad del punto de no retorno al que nos dirigimos en materia de seguridad y convivencia. Según la Alcaldía de Bogotá, (Ver El Tiempo, del día 27 de Julio de 2010, pág. 1-12) durante el primer semestre del año, 102 personas fueron asesinadas por oponerse a un atraco, lo que representa un aumento del 40% con respecto al primer semestre del año anterior. Cada año las cifras muestran un comportamiento más preocupante.

Esto es motivo para hacerle un nuevo llamado de atención al Alcalde: no solo la percepción de inseguridad está aumentando. Los indicadores de muertes violentas y hurto también se están deteriorando, lo que significa que si la percepción de inseguridad aumenta, no es por la supuesta mala fe de los medios de comunicación o de la oposición a su administración, sino que es la consecuencia inmediata del deterioro profundo de la seguridad en una ciudad que durante las cuatro administraciones anteriores a la suya había conseguido mejorar sus indicadores año tras año.

Tal y como señalaron James Q. Wilson y George L. Kelling, en su teoría de las ventanas rotas, el abandono de las ciudades, que se manifiesta en el deterioro de elementos como la malla vial, los parques, manejos deficientes de basuras y abandono de equipamientos del espacio público en general, se traduce claramente en una percepción de falta de autoridad por parte de los ciudadanos y con ello, entregan las calles a los delincuentes. Debido a la ausencia de autoridad que padece Bogotá, los delincuentes han venido recuperando su poder en el espacio público que se les había arrebatado decididamente en la última década.

Alcalde, los ciudadanos necesitamos que por favor, corrija el rumbo. ¿Cómo hacerlo? Un factor determinante para combatir la criminalidad está asociado al proceso de inteligencia, que relacionado con los asuntos urbanos, no solo tiene que ver con la tarea de policía sino que en un sentido más preciso tiene que ver con la capacidad del gobierno de la ciudad para obtener información pertinente y oportuna que además sea procesada y se convierta en insumo real para la toma de decisiones.

Es evidente que no se trata de casos aislados como pretende mostrar la administración. Detrás de estas cifras hay una serie de grupos mafiosos que aprovechan los vacios de autoridad para fortalecer sus negocios ilícitos. No se puede combatir la criminalidad en una ciudad mientras se permita la existencia de mercados negros de elementos robados como sucede actualmente con los celulares. A plena luz del día y en lugares reconocidos por los ciudadanos funcionan mercados de venta de celulares robados, y otros elementos electrónicos completando así el otro componente del mercado: mientras unos se dedican a robar estos elementos en las calles, otros obtienen mejores ganancias en su comercialización ilegal.

Este debe ser un asunto fundamental para combatir la criminalidad en Bogotá, por eso, los gobernantes de la ciudad deberán entender que la seguridad va más allá de poner más policías en las calles. La seguridad en Bogotá debe ser un asunto prioritario para cualquier administración y como tal debe involucrar a todos los sectores de gobierno.

Por ejemplo, se debe insistir en que todo hurto callejero, por pequeña que sea su cuantía, debe ser penalizado con cárcel. Y si hay reincidencia del convicto, como suele suceder, la pena deberá aumentar progresivamente.

Sin embargo, hace falta liderazgo político que permita un verdadero trabajo interinstitucional de carácter estratégico. Las respuestas que da el secretario de gobierno, son absolutamente preocupantes, no solo porque refuerza la teoría de que la víctima tiene la culpa sino porque demuestra un desconocimiento absoluto del comportamiento del crimen en la ciudad. Tal vez no solo se deba a la irresponsabilidad del secretario de gobierno, tal vez se deba también a que como el tema de la seguridad no es importante para esta administración, luego de cinco meses, seguimos con un Secretario de Gobierno encargado.

2 comentarios:

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  2. No es asunto de descuido por parte de los bogotanos es que todas las zonas son inseguras, es impresionante pensar que el diario vivir de los bogotanos está enmarcado en la preocuapción por nuestra seguridad, cada vez tenemos que ser más ingeniosos para esconder nuestras pertenencias, cada vez vemos u oimos más casos preocupantes de robos, pero más allá de estos, del inclemente actuar de los ladrones a quienes no les importa asesinar por un celular. Las cosas tienen que cambiar, la policía es una herramienta pero no es la solución, la administración distrital tiene que decidirse de una vez por todas a tener la mano más dura frente a estos hechos, ya hemos visto lamentables situaciones de seguridad en Colombia a las que por negligencia no se debe llegar.

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