El ruido, entendido como cualquier sonido no deseado o potencialmente dañino para la salud de las personas, es hoy en día considerado como uno de los principales problemas ambientales de los centros urbanos. La problemática de contaminación auditiva se manifiesta además como una consecuencia del crecimiento urbano y económico de las ciudades afectado directamente la calidad de vida de sus habitantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asociado la exposición a elevados niveles de ruido con afecciones en la salud de las personas, incluidos cambios de comportamiento, irritabilidad y estrés.
Descripción del problema en Bogotá
Las autoridades ambientales locales han logrado identificar que la principal fuente de ruido en la ciudad es el tráfico vehicular. Sin embargo se reconocen otras fuentes de emisión importantes tales como actividades comerciales, actividades industriales y de construcción, el perifoneo y el tráfico aéreo. No obstante, a nivel distrital la información que se tiene sobre el diagnóstico de esta problemática ambiental es todavía muy somera.
En el año 2005 la Personería de Bogotá elaboró un informe de control institucional a la contaminación auditiva. En dicho informe se documentó información relacionada con el número de quejas por ruido instauradas ante las distintas alcaldías locales. A partir de este indicador se concluyó que las localidades de Suba, Engativá y Kennedy eran las más afectadas por situaciones de altos niveles de ruido.
La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) ha llevado a cabo distintos proyectos para la generación de mapas de ruido en la ciudad. Una primera aproximación se realizó en convenio con la Universidad Incca de Colombia y consistió en el desarrollo de este tipo de mapas para las localidades de Fontibón, Engativá, Santa Fé, Kennedy y Puente Aranda. En dicho ejercicio se consiguió además georeferenciar las principales fuentes generadoras de ruido. En el año 2009 estos mapas fueron actualizados para cinco de las localidades más afectadas por esta problemática y según el Observatorio Ambiental de la ciudad se estima que para el año 2010 se realicen otros cuatro mapas de ruido adicionales.
Un estudio recientemente publicado por la Universidad de los Andes determinó los niveles de presión sonora en diferentes espacios de la ciudad, clasificados tal como lo indica la normativa nacional (Resolución 627 de 2006). Según los resultados de este ejercicio los niveles de ruido ambiental encontrados en la ciudad superaron los valores límite nacionales en el 75 % de las pruebas. Este fue el caso incluso para cuando se evaluaron inmediaciones de sectores tales como parques y hospitales.
Este mismo estudio documentó el ruido producido por el tráfico vehicular en tres importantes corredores viales de la capital (Avenida Circunvalar, Avenida Carrera 30 y Carrera Séptima). Los resultados demuestran que los ciudadanos están expuestos a niveles de ruido que superan los 75 decibeles en inmediaciones de las vías caracterizadas. Estos niveles de contaminación auditiva están por encima de los valores referencia considerados por la OMS como nocivos para la salud de las personas.
Los ciudadanos bogotanos son conscientes de esta problemática y la están sintiendo. Es así como en la última encuesta de percepción ciudadana del programa “Bogotá Cómo Vamos”, el 75% de las personas reconocieron que la contaminación por ruido en la ciudad está afectando de alguna forma su salud o la de su familia. En este sentido, el número de quejas por ruido (ingresadas a la SDA) sigue siendo del orden de varios miles de casos por año (5,200 quejas en el año 2008).
Una situación realmente preocupante son los altos niveles de ruido que se perciben en los barrios contiguos al Aeropuerto El Dorado. Dicha problemática, ampliamente conocida por las autoridades locales, es causante de un notorio deterioro en la calidad de vida de los residentes de zonas aledañas al terminal aéreo. Estas personas inquietas por su situación (que además involucra la desvalorización de sus predios), se han manifestado en varias ocasiones con el ánimo de exigir al Distrito mayor control sobre las emisiones causadas por el aeropuerto, así como la formulación de estrategias de mitigación.
La administración local a través de la campaña de sensibilización “no más ruido, cambiándole la cara a Bogotá” logró despertar inquietudes en los bogotanos sobre la situación de contaminación auditiva. Asimismo, en el último año se iniciaron acciones encaminadas a reducir los niveles de ruido en la ciudad y se puso en operación la unidad móvil de control de ruido. Sin embargo, es aún mucho lo que falta por hacer técnica, política y culturalmente para realmente mejorar las condiciones de esta problemática de contaminación urbana. Solo serán realmente efectivas las intervenciones que lleguen a tener un impacto significativo sobre la calidad de vida de todos los bogotanos.
Entonces, ¿qué hacer y qué proponer?
A pesar de la relativa poca evidencia técnica con la que cuenta el Distrito es posible afirmar que Bogotá afronta un serio problema de contaminación auditiva. Esta situación, que meceré toda la atención de las autoridades distritales y de la ciudadanía, debe ser mejor documentada. Es necesario articular esfuerzos entre las autoridades distritales y las alcaldías locales que permitan generar una estrategia de control y mitigación de los efectos negativos generados por el exceso de ruido. Esta estrategia debe estar orientada a partir de los siguientes frentes de acción:
Caracterización del problema. Es determinante conocer cuál es la verdadera situación de contaminación auditiva en la ciudad. Una correcta caracterización de la problemática no sólo depende de la cantidad de información que se tenga sino también de la calidad de ésta. En este sentido, las autoridades distritales y alcaldías locales deben aumentar el número de instrumentos de medición de última tecnología. Además, deben conformar equipos de trabajo con personal capacitado en el manejo de estos equipos y en la correcta interpretación de la información, para de esta manera garantizar un diagnóstico acertado. Una de las críticas que ha hecho la Personería de Bogotá a la SDA y a las distintas administraciones locales es la falta de equipos y personal técnico idóneo para hacer un diagnóstico y control efectivo de esta problemática.
Se deben generar mapas de ruido para la totalidad de las localidades del Distrito. Este instrumento es una herramienta muy útil para cuantificar la magnitud del problema, para identificar las principales fuentes de emisión por zonas de la ciudad y para poder desarrollar programas preventivos, correctivos y de seguimiento. Estos documentos, que deben ser actualizados constantemente, pueden ser utilizados como soporte para la elaboración de nuevos planes de ordenamiento territorial.
Cultura ciudadana. Una política de reducción de ruido en un centro urbano solo puede establecerse si se tiene un diagnóstico adecuado de la situación y si las autoridades y la comunidad son lo suficientemente conscientes del problema. En este sentido, es preciso recuperar las nociones de cultura ciudadana cada vez más ajenas para la mayoría de los bogotanos. Son necesarias continuas campañas de educación y sensibilización que inviten al ciudadano del común a cambiar varias de las conductas de su rutina diaria (v.g., uso frecuente del pito de su vehículo, mejora de patrones con conducción, volúmenes adecuados en fiestas en residencias).
Un escenario de cultura ciudadana en Bogotá involucra también a los comerciantes (los cuales generan el 60% de las quejas por ruido en la ciudad), a quienes a través de un proceso de acompañamiento por parte de las autoridades se les debe invitar a la autorregulación. Un tipo de iniciativas que puede ser tomada como punto de partida fue la firma del Pacto de Seguridad y Convivencia de la Zona Rosa en la Localidad de Chapinero. Este pacto fue una invitación a residentes, comerciantes y las autoridades de la zona para ejercer un autocontrol sobre los niveles de ruido (que en la localidad pasaron de ser una situación ambiental a convertirse en una problemática social).
Planeación urbana. El objetivo de convertir a Bogotá en una ciudad más competitiva demanda una planeación urbana cada vez más elaborada. Es necesario un estricto control sobre el uso del suelo de tal forma que nuevas urbanizaciones, centros educativos y hospitales estén a una distancia considerable de las principales vías de mayor flujo vehicular en la ciudad. Asimismo, este control sobre el uso del suelo debe garantizar la no presencia de establecimientos nocturnos en zonas residenciales.
A través de una adecuada planeación urbana se debe considerar también el uso de algunas barreras físicas para mitigar los efectos negativos del ruido en las zonas donde éste es más crítico (en especial en inmediaciones de vías principales). Estas barreras pueden ser vegetación alta y espesa que ayude a reducir el ruido pero también armonicen el paisaje y reduzcan la sensación de molestia al estar cerca una gran autopista, por ejemplo. También se pueden contemplar iniciativas como la propuesta de construcción de un parque lineal paralelo a la pista sur del Aeropuerto el Dorado. Este parque, además de las posibilidades ambientales y de esparcimiento que podría ofrecer, representaría una barrera natural mitigadora del ruido en la localidad de Fontibón.
Una estrategia que involucre un completo diagnóstico de la problemática, educación y cultura ciudadana y elementos de planeación urbana será una alternativa acertada para reducir los elevados niveles de ruido en Bogotá. Más importante, es una alternativa para mejorar notablemente la calidad de vida de los ciudadanos y se convertirá en un mecanismo para promover una ciudad más digna y más competitiva.
Referencias
Alcaldía Mayor de Bogotá (2010). Observatorio Ambiental de Bogotá. Secretaría Distrital de Ambiente.
Cámara de Comercio de Bogotá (2010). Bogotá Cómo Vamos 2009: encuesta de percepción ciudadana. Disponible en: http://www.bogotacomovamos.org/datos/AE_14_Bogota_Como_Vamos_2009.pdf
Deutsche Gesselschaft fur Technishe Zussammenarbeit - GTZ (2002). Texto de Referencia para la Formulación de Políticas en Países en Vías de Desarrollo. Módulo 5C: Ruido y su Mitigación. Alemania. Disponible en: http://www.cleanairnet.org/lac/1471/article-58289.html
Organización Panamericana de la Salud-OPS (2009). Análisis del Perfil de Salud Urbana en Bogotá. Fundación Ciudad Humana, Bogotá.
Pacheco, J., Franco, J.F. y Behrentz, E. Caracterización de los Niveles de Contaminación Auditiva en Bogotá: Estudio Piloto. Revista Ingeniería Universidad de los Andes. No. 30, 72-80.
Personería de Bogotá (2006). El Ruido Ensordece a Bogotá. Disponible en: http://www.personeriabogota.gov.co/?idcategoria=993
Personería de Bogotá (2005). Veeduría Temática, Control Institucional a la Contaminación Auditiva en Bogotá. Personería delegada para el medio ambiente y desarrollo urbano. Reporte Institucional.
Velez, L.M. y Espinosa, G.J. (2008). Afectación de la Contaminación por Ruido en el Desarrollo Urbano. VII Seminario Nacional de Investigación Urbano Regional. Medellín.
lunes, 24 de mayo de 2010
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Bogotá D.C. 09.03
ResponderEliminarAlcaldia Local de Teusaquillo
Muy respetuosamente nos dirigimos a ustedes con la imperiosa y penosa necesidad de pedir nuevamente nos ayuden a controlar el ruido generado por el establecimiento Restaurante Bar Cataluña, ubicado en la Cra 25 No 27ª – 06 ( dirección nueva). Sabemos de la gran carga de trabajo a la que ustedes están sometidos, pero después de 5 años, en los cuales hemos enviado varios Derechos de Petición y diferentes comunicados y al ver que dicho problema no ha disminuido en lo mínimo, si no que al contrario se ha ido incrementando tanto en el número de horas como en el número de días a la semana que tenemos que soportar, como por ejemplo: miércoles 7, jueves 8, viernes 9, sábado 10 del presente, todos estos días hasta la madrugada del día siguiente, esto lo pueden constatar en la línea 123, a la cual se llamo por el mismo motivo. Subrayo que esto no es la excepción si no la norma a la cual estamos sometidos los vecinos.
Queremos aclarar que no se trata de hacerle la vida imposible a nadie, ni que se le vulneren los derechos de nadie, pero si que se respeten los nuestros. Pensamos que no es tan dispendioso, hacer un llamado de atención y un pequeño seguimiento, pensamos que una simple llamada podría servir, no se trata de sacarlos o sellarlos, se trata de hacerlos entrar en razón.
Gracias por su atención.
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