lunes, 21 de junio de 2010

Obras incompletas: trampas mortales


He visto en distintas obras que supuestamente se entregan en Bogotá, que los contratistas no están realizando las demarcaciones y no están instalando ni reductores de velocidad o las señales de tránsito, poniendo así en peligro la vida de miles de ciudadanos.
El caso de la Circunvalar es uno de los tantos, allí unos 800 metros de la Avenida Circunvalar en el sector comprendido entre las calles 7 y 17 en pleno centro de la ciudad fueron intervenidos, la capa asfáltica de la vía fue cambiada, sin embargo, no se pintaron las líneas sobre la vía y los vehículos no tienen carril.
Pero la demarcación no es el único problema, si usted se dirige hacia el sur, encontrará luego del funicular del Cerro de Monserrate, una alcantarilla sin tapa, ¡qué peligro! Siendo una vía tan rápida como la Circunvalar. En el registro fotográfico, es evidente que el contratista que hizo el reparcheo dejó el hueco, que esperamos sea tapado con urgencia.
Para completar estas chambonadas, también urge que en ese tramo arreglado, frente a la Clínica Roosevelt y la Universidad Distrital sede de la facultad de ingeniería ambiental, se pongan verdaderos reductores de velocidad y se incrementen las señales de precaución por el paso de peatones. Hoy está en peligro la vida de cientos de estudiantes y de señoras con sus pequeños hijos que llegan a consulta médica.
Hago un llamado a la Administración para que se realicen obras, pero totalmente terminadas, no podemos poner en peligro la vida de los ciudadanos, porque en vez de beneficiar a los bogotanos estamos tendiéndoles trampas mortales.

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